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Esta página fue creada para mostrar algunos cuentos, reflexiones, poemas y dibujos que hice a lo largo de los años. Si tienen dudas o sugerencias, por favor escribanme a mi mail Solestelar@gmail.com e intentaré responder sus mensajes. Desde ya, gracias por visitar el blog ^^

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domingo, 24 de febrero de 2008

Improvisaciones

Generalmente, a la hora de escribir, uno planifica lo que va a poner para así no crear una masa deforme de letras y palabras. No existe eso de escribir lo que a uno se le da la gana y como quiera. Hay muchos pasos por seguir y no todos son capaces de llegar a eso.

Por ejemplo, si uno quiere escribir una historia de aventuras (bueno, podría ser de cualquier cosa, pero estoy solo dando un ejemplo), lo que debería hacer es ver qué personajes poner, en qué época se adapta la historia, de qué se tratará, en que status social estarán los personajes, cual será el/la protagonista, el/la antagonista, etc, etc…

Ni siquiera se el porqué estoy escribiendo eso. Simplemente creo que estoy improvisando, por algo le puse ese título al texto. Solo quería resaltar que, a falta de inspiración, siempre es importante improvisar una pequeña historia, sacar lo que tiene uno dentro y empezar a escribir poco a poco. Quien sabe, tal vez ese tipo de improvisaciones te traigan a una inspiración maravillosa, espectacular. Solo hay que intentarlo un poco.

Lo bueno de poder escribir no es poder contarle historias a los demás. Lo bueno de escribir también requiere crear un mundo ideal, en donde uno se descubre a sí mismo y de lo que puede ser capaz. Escribir es parte de la vida de un escritor y, para algunos, escribir es como respirar…

Y así finalizo esta sátira de improvisaciones que se me ocurren cada tanto, y más cuando las ideas se me acaban o ya no quiero seguir con una historia que, en resumen, me aburrió totalmente.

Hasta la vista y que la pasen bien este día.

martes, 12 de febrero de 2008

El final

Cuando despertó, se encontró atado a una silla y dentro de una habitación oscura. Lo último que recordaba era que lo habían atacado por detrás, mientras tomaba un atajo caminando por un callejón para llegar a su casa.

No sabía el porqué lo habían secuestrado. No tenía padres millonarios, ni tampoco era algún diputado o senador. Eran una familia humilde, que apenas tenían plata para pagarle su facultad. Y según lo que sabía, no tenía enemigos ni nada por el estilo. Pero sabía bien que había un motivo justificable para que lo hubiesen raptado.

Minutos después de despertar, una puerta se abrió. Entraron dos hombres que, por algún extraño motivo, no tenían el rostro oculto. No hacía falta, dado que la pieza estaba tan oscura, que ni se podía ver las facciones de sus rostros.

- ¿Quiénes son? ¿Por qué me secuestraron?- preguntó el joven.

Pero los sujetos ignoraron sus preguntas.

Lo desamarraron y, tomándolo por los brazos, lo llevaron al otro extremo de la pieza. Uno de ellos, entonces, extendió la mano y esperó.

Una especie de rayo láser recorrió la palma y el dorso de la mano, como leyendo todas sus huellas digitales. Cuando desapareció, una puerta corrediza se abrió y ahí entraron.

Al principio, al joven le costó adaptarse a la luz que tenía el pasillo por donde iban. Pero luego se fue acostumbrando. Todavía sentía miedo por lo que le iban a hacer, aunque fue lo bastante valiente para mirar de reojo a los dos sujetos que lo llevaban casi a rastras. Así descubrió que los dos eran increíblemente idénticos, más idénticos que dos gemelos juntos. Los dos tenían el mismo peinado oscuro y, aunque solo los miró de reojo, pudo ver también que tenían el mismo rostro. Como dos gotas de agua.

Luego de cinco minutos de caminata y silencio, llegaron hasta una puerta de color dorado. Apenas estuvieron a dos metros de la puerta, ésta se abrió bruscamente y entraron a un lugar que el joven no creía que existiese en realidad.

Era un gran salón, muy parecido al de esas películas que había visto de agentes secretos o de bases secretas. Todos los que trabajaban ahí eran totalmente idénticos a los sujetos que estaban con el muchacho. Trabajaban seriamente, sin bromear entre ellos o intercambiar alguna conversación. Estaban tan concentrados en sus trabajos, que pareciera que no conocían otra cosa más.

- Pero… ¿Qué demonios es este lugar?- se preguntó el joven en voz alta.

- Es la creación de un nuevo mundo que aparecerá al final de los tiempos- dijo una voz femenina y grave a sus espaldas.

El muchacho se dio vuelta y observó a la que le había contestado a la pregunta. Era una mujer asombrosamente bella, de buen cuerpo y mirada penetrante. Estaba vestida con un vestido rojo, cuya falda le llegaba hasta la mitad de las piernas.

Antes de que el joven se quedara embobado por tal mujer, los sujetos que lo llevaron hasta ese lugar lo empujaron al piso y se marcharon.

- Perdona por tener unos sirvientes nada educados- le dijo la mujer, mientras lo ayudaba a levantarse.

- Hay tantas cosas que deseo preguntarle- le dijo el joven, cuando ya se levantó.

La mujer empezó a caminar. El joven la siguió. Y mientras pasaban por las extravagantes computadoras, robots, máquinas, hologramas y varias cosas que creyó que jamás existirían, la mujer empezó a narrarle una historia de lo más extraña de todas.

Le explicó que, de pequeña, siempre le había asustado la idea de que el mundo se acabaría. Nunca quiso aceptarlo y siempre decía que, de grande, crearía otro mundo para salvar a la humanidad.

Ya desde pequeña, tenía las ventajas de ser extremadamente hermosa y una superdotada en todas las materias, tal fue así que, a los once años, la metieron en la universidad.

La verdad, al entrar a la universidad, tuvo la idea de comenzar su disparatado proyecto.

Al principio, varios la siguieron porque creyeron que solo eran juegos de una inocente niña. Pero al ver los proyectos que tenía en su ilimitada mente, se asustaron y, poco a poco se fueron alejando.

Y así pasó el tiempo, hasta que un día, la chica logró crear un androide. Lo hizo uniendo varias partes robóticas de antiguos ordenadores, con un poco de su inteligencia y varios instrumentos más. Así creó hasta a sus propios amigos, que la ayudaron mucho con el proyecto de crear otro mundo. En secreto hizo un laboratorio en su habitación, en donde experimentaba con todos los elementos de la naturaleza para crear a sus propios seres vivos. Pero todos fueron inventos inútiles, por lo que solo pudo crear androides orgánicos, que estaban hechos con circuitos para poder moverse y hablar.

- A pesar de todas las imperfecciones, logré llegar muy lejos. Tengo el ADN de varias plantas y animales. Así que, cuando ocurra el final, podré poblar el planeta. También, en el caso de que falte el agua y oxígeno, logré crear unas bacterias que, en resumen, pueden expulsar el oxígeno y volver a poblar el planeta con vida. Con todo esto, pienso prepararme para el final de los tiempos que muy pronto se acerca…

La mujer se quedó callada por unos momentos, mientras el muchacho se dio cuenta de que todavía no entendía nada de lo que pasaba. Lo único que quería saber era el porqué lo habían secuestrado, mientras que ella le contó esa extraña historia.

- Aún no me dijiste qué hago aquí- le dijo el muchacho a la mujer.

- ¡Perdón! Lo había olvidado- dijo la mujer, dandose un pequeño golpe en la frente- seguro que conoces la historia de “Adán y Eva”, ¿No?

- Sí, la conozco muy bien.

- Bueno, tú serás Adán y yo seré Eva para cuando pueble este mundo, después del final.

- Pero… ¿Por qué yo?

- La verdad, me costó mucho encontrar a un hombre que valiera la pena. Te conocí en la calle. Digamos que fue amor a primera vista. Lo que hice fue seguirte, sacarte fotos y averiguar todo sobre ti. A simple vista me di cuenta de que eres todo lo que quiero: un hombre fuerte, buen mozo, de un buen corazón y sin grandes ambiciones, aparte de que eres hermoso y muy trabajador. Siempre quise hablar contigo, pero no encontré la manera de lograrlo.

- ¿Y creíste que con un secuestro bastaría?- dijo el muchacho, sin dar crédito a las palabras de la mujer- por si no te has dado cuenta, tengo mi familia y mis amigos. De seguro están muy preocupados por mi desaparición.

- ¿Cómo lo sabes? ¿Qué tal si, en vez de eso, se alegran de que te fuiste?

- ¡Solo lo sé y punto! Mira, eres hermosa e inteligente, la mujer perfecta para cualquier hombre de este mundo que no sé si se acabará o no. Pero yo no soy tu Adán. ¿Lo entiendes?

La mujer no dijo nada. Solo lo observó con una mirada de indiferencia.

- Ahora, si me disculpas, volveré a mi casa- dijo el muchacho, mientras se dirigía hacia la única puerta que tenía el lugar.

Pero antes de moverse tres pasos, varios androides lo rodearon, sin darle posibilidades de poder escapar.

- ¿Acaso no tienes idea de lo que me costó encontrarte?- le dijo la mujer, sin alterarse- ¿Crees que podrás marcharte así nomás? Pues para tu información, estamos en lo más profundo de la tierra, lejos de lo que llamas familia y amigos. Así que serás mi Adán por las buenas… ¡o por las malas!

El joven trató de huir, pero los androides lo atraparon y trataron de meterle en una especie de cápsula gigante. Ya dentro, le pusieron un casco y le ataron las muñecas para que no pudiese escapar.

- ¿P… pero qué es esto?- dijo el joven, que no podía ver nada.

- Te llevaré a un mundo virtual, en donde nos refugiaremos de la gran destrucción- explicó la mujer- los robots y los androides destruirán este mundo podrido, lo habitarán y se abrirá la verdadera era cibernética, donde la raza humana se acabará. Perdona por mentirte en algunas partes de mi historia, pero quería conmoverte de alguna manera.

Antes de que el joven dijese algo más, sintió como que era succionado a travéz de un largo tubo. Unas imágenes aparecieron en su mente, los recuerdos más olvidados de su infancia y adolescencia.

Hasta que, de pronto, se despertó y se encontró en su pieza.

- Esto fue… ¿un sueño?- murmuró el joven, sin poder creerlo.

Observó su pieza y, en efecto, llegó a la conclusión de que todo lo que vivió aquel día fue un sueño.

- Hola mamá, rendiré el examen de ingreso- dijo el muchacho a su mamá, cuando la vio en la cocina haciendo el desayuno.

- La mamá le sonrió y le dijo:

- Espero que logres entrar a la facultad.

El muchacho, luego de reflexionar, dijo:

- tuve un sueño muy extraño. Soñé que me secuestraban y que el mundo se iba a destruir.

- ¿Pero qué dices mi hijo?- dijo la madre, despreocupada- el mundo no se va a destruir. Al contrario, ya se destruyó desde que tu alma llegó a este mundo virtual…

Otra oportunidad

La sirena Estrella se había despertado de su dulce sueño marino. Se quedó dormida encima de las algas que flotaban en el mar, parando entre unas rocas que sujetaban un barco hundido.

Estrella soñó con su madre, que la llevaba en un hermoso jardín en donde los delfines, orcas, focas y estrellas del mar hacían un show solo para ella. Por supuesto, sabía que eso sería imposible, dado que su madre murió hacia años y estaban en época de guerra contra los sirenos del otro reino. Por lo tanto, todos los festejos fueron interrumpidos hasta nuevo aviso.

- ¡Cómo quisiera que la guerra se acabara antes de mi cumpleaños! Así podría hacer una fiesta maravillosa- expresó Estrella, en voz alta, su más preciado deseo mientras se sacaba algunas algas de su hermoso y dorado cabello.

En eso estaba cuando apareció Flip, un delfín que era su gran amigo. Y como ella expresó en voz alta su deseo, Flip apuró su marcha y, muy alterado, le dijo a Estrella que nunca más se le ocurra tremendo disparate.

- ¡No seas exagerado! ¿Acaso ahora prohíben que se expresen los deseos de uno?- dijo Estrella, en tono burlón.

- Todos sufrimos tu misma situación, Estrella- le recordó Flip- y los delfines lo pasamos peor, dado que somos los más fiesteros del mar. ¡No sabes cuánto sufrí al no festejar el nacimiento de mi hermanito! Fue peor que un velorio.

- Ahora que lo mencionas, se me ocurre una idea genial- dijo Estrella, mientras el brillo de sus ojos cambió precipitadamente.

Flip se estremeció. Conocía muy bien a Estrella para darse cuenta de que, cuando se le ocurría una idea, nadie podía detenerla. A pesar de eso, hizo un intento para que recapacitara y olvidase lo que sea que se le hubiese ocurrido.

- ¡Que no se te ocurra! ¡El rey podría castigarnos a todos!

- No lo hará si nadie dice nada- dijo Estrella- será un secreto y solo estarán invitados aquellos a quienes confiamos. Entremos en el barco, que ahí desarrollaremos parte de nuestro plan.

- Querrás decir TU plan- murmuró Flip, en voz baja.

Ya dentro del barco, empezaron a organizar la gran fiesta secreta. Decidieron que el lugar del festejo sería en el barco, decorándolo con estrellas y algas de adorno, pensando qué medusas utilizar para la iluminación, haciendo una lista de comidas exquisitas, aparte de idear otro plan para “disfrazar” la fiesta para que los caballitos de mar, todos guardianes del rey, no se percataran de que alguien había infligido en las leyes. Y como a Flip le gustó la idea, ya no la cuestionó más y, al igual que Estrella, opinó que el rey era un aguafiestas que no le importaba terminar con la guerra.

Lo que no sabían, era que alguien los había estado espiando…

El rey estaba preocupado.

Todavía no lograba que el rey del otro reino aceptara firmar el tratado de paz. La guerra estaba durando mucho tiempo y hasta sentía cómo todos los habitantes de su reino marino se estaban revelando poco a poco a su gobierno.

Y mientras estaba ahí, sentado en su trono y preocupándose por el asunto, apareció un pequeño pez dorado.

- Su majestad, le traigo malas noticias…- empezó a decir el pequeño pececito.

- ¿Qué?- dijo el rey marino- ¿Más de las que ya hay?

- Pero es de suma importancia, su alteza…

- Continua pues, joven plebeyo.

- Estaba comenzando, con mi esposa, a poner los huevos dentro de un barco hundido, cuando… de repente… oímos voces. Al principio, creímos que eran los tiburones. Y usted sabe lo salvaje que puede llegar a ser esa brutal criatura. Pero luego, escuchamos el sonido de un delfín y decidí a averiguar lo que pasaba. ¿Y sabe qué fue lo que escuché? ¡Un plan para hacer una fiesta secreta!

Esas últimas palabras tardaron en llegar a los oídos del rey. Hacia mucho que no escuchaba la palabra “fiesta”. Desde el comienzo de la guerra, había prohibido hasta que se cantara siquiera alguna canción. Según el rey, esos eran disparates que, en vez de mejorar la guerra, hacían que la empeorara y debilitaba a los guerreros.

- ¿Y quíen o quienes osaron quebrantar tan importante ley?- dijo, temblando de ira.

El pequeño pez tembló. Ya le habían mencionado sobre la terrible ira del rey marino, pero nunca lo había vivido en carne propia. Aún así, decidió tomar coraje, tratar de hablar claramente y, de vez en cuando, inclinarse un poco ante su presencia.

- F… fueron una sirena y un delfín, su alteza. S… si me lo permite, señor, puedo deciros sus nombres y aclararle que harán la fiesta en ese barco, majestad…

- Con que me digas el lugar y el día en que se hará la fiesta, será más que suficiente. Arrestaré a todos los que asistan bajo pena de muerte. Y tú, joven plebeyo, te convertiré en mi espía secreto para que me ayudes en esta guerra. Recibirás una buena paga y tu familia estará bajo mi cuidado.

El pez dorado se entusiasmó tanto, que empezó a hacer piruetas y formar un montón de burbujas, alabando al rey y a toda su sagrada dinastía.

Minutos después, el rey ordenó una emboscada contra los rebeldes que, la semana siguiente, harían la fiesta secreta. Lo que no sabía ni el rey, ni Flip ni Estrella, era que algo extraño y maravilloso pasaría aquel día peligroso y especial.

Al principio, casi nadie se atrevió a asistir a la fiesta de Estrella y Flip. Pero como todos tenían, en lo más profundo de sus corazones, unas ganas de divertirse un poco, entonces aceptaron la idea con la condición de que hubiera vigilancia constante.

Fueron invitados varios delfines, amigos de Flip, al igual que sus familiares. También fueron invitados unos cuantos pececillos, dos o tres estrellas de mar, una orca que quería mucho a Flip, tres sirenas que eran amigas de Estrella y, por supuesto, el pequeño pulpo que, en el fondo, odiaba cómo el rey manejaba el reino.

- Si sale como lo planeamos, nunca nadie sabrá que aquí hubo una fiesta- dijo Estrella, que se encontraba mucho más entusiasmada que el resto por festejar su fiesta de cumpleaños.

- Sigo pensando que esto es una locura pero… ¿Qué se va a hacer?- dijo Flip.

Y así pasaron los días, hasta que llegó el día más esperado para Estrella, Flip, los invitados y, aunque no lo sospechaban, para el mismísimo rey del reino marino.

La fiesta tuvo un transcurso normal. Había música, unos cuantos se atrevieron a bailar y otros, simplemente probaron los bocaditos que encontraban por ahí.

Para saber si el que venía era un invitado, Estrella inventó unas contraseñas que consistían en que, el que atendía, preguntara: “¿Cómo osas de entrar en mi mansión?” el cual, si era un invitado, respondía “Que el señor Neptuno me libre de este mal trato”. Así, el que no era invitado, se disculpaba y huía despavorido del lugar.

Siguieron con la fiesta tranquilamente, hasta que, de pronto, escucharon una explosión.

El pánico los invadió por completo y hasta temieron haber sido descubiertos por el rey.

Estrella, con un periscopio, observó el exterior. En efecto, una bomba explotó muy cerca de donde estaban.

La sirena movió su periscopio y, encima de unas lejanas rocas, vio al rey con todo su ejército de caballos de mar, orcas, pulpos, medusas y algunos que otros sirenos. Uno de los sirenos, con un megáfono, advirtió que si no salían de ese barco, la próxima bomba que tirarían sería para eliminarlos completamente.

Así que no tuvieron otra opción que presentarse ante el rey.

- Todo es mi culpa- dijo Estrella, que realmente se sentía mal- yo fui la que planeó esta fiesta, su majestad. Castígame a mí, no a los que asistieron. Si no fuera por mí, los que son mis invitados estarían con sus familias, sin tener de qué preocuparse.

El rey, entonces, observó a la sirena.

Siempre le habían dicho que las sirenas hermosas eran las más complicadas, pero nunca tuvo tiempo de demostrarlo.

- De ser así, aumentaré los impuestos para la guerra. Todo el pueblo será castigado por esta burla que me hicieron. ¿No les da vergüenza? Y en cuanto a ti, sirena desgraciada, serás ejecutada a la madrugada, en este mismo lugar.

Estrella estaba a punto de aceptar su destino, cuando apareció Flip, se puso a su lado y dijo:

- Si es por eso, también fue mi culpa. Yo la ayudé en la fiesta, por lo tanto, merezco lo mismo que mi amiga.

El rey se sorprendió. Observó a los dos, que estaban dispuestos a sacrificar sus vidas a cambio de que a los otros no les pasase nada malo.

Hacia mucho que no había visto esa valentía, esa amistad que, con el transcurso de la guerra, había perdido significado.

Así que, al final, tomó esta increíble decisión:

- Creo que ya es tiempo de acabar con tantas tristezas. Soy viejo y estoy cansado de ejecutar, pelear y hacerles temer a todos. Es por eso que autorizaré a que continúen con la fiesta porque, desde hoy, negociaré con el rey del bando enemigo para firmar el tratado de paz. Y otra cosa: no aumentarán los impuestos. Pueden estar seguros de eso.

Estrella y Flip se sorprendieron. Eso era lo que menos esperaban pero, aún así, agradecieron al rey invitándolo a una próxima fiesta.

Días después, los dos reinos asistieron al tratado de paz, en donde el rey del otro reino entregó a su hija para que se casara con el hijo del rey. La boda fue una fiesta totalmente maravillosa, en que por fin ambos reinos se conocieron, se encontraron muchas cosas en común y empezaron a entablar una larga amistad.

En cuanto a Estrella y Flip, a partir del día en que quisieron infligir las leyes, fueron nombrados oficialmente organizadores de fiestas divertidas y eventos inolvidables.

viernes, 1 de febrero de 2008

Misterio del planeta Marte

Durante todos estos años, la NASA ha intentado averiguar sobre Marte, si es adaptable para la vida, si hubo, o hay vida en Marte, y también para estudiar un poco el planeta para su colonización.

A los que le interesan la astronomía, y leen el diario, de seguro vieron noticias de Marte, y todas esas cosas. Pero hasta ahora, sacaron muy poca información, ya sea porque la nave no pudo despegar, o se perdió o desapareció.

Con esta historia se resolverá todo este misterio.

Los extraterrestres, desde que el mundo es mundo, nos han estado observando por millones de años. Veían cómo avanzábamos, cómo nos trasladábamos por todo el globo terráqueo, preocupándonos por nuestras propias vidas, sin importarnos siquiera si existían o no los extraterrestres.

Pues bien, estos seres de otros mundo decidieron que ya era hora de ver cómo actuaban los humanos cuando vieran un OVNI en el cielo. Así que, una nave entró en la atmósfera, alguien la vio, y ahí comenzó todo este desastre.

Ya sabrán lo que vino después: historias de ciencia ficción con invasión alienígena, extraterrestres con formas grotescas y deformes, algo que no le gustó para nada a estos seres.

Mientras pasaba todo eso en la Tierra, justo cerca de Marte, había un OVNI que flotaba en el espacio. Dos extraterrestres estaban ahí. Eran pequeños, casi unos niños, de brazos y piernas delgadas, cabezas grandes y ojos negros y grandes.

Un día bajaron a la Tierra, y se disfrazaron de humanos. Consiguieron algunas cosas que ellos tenían, como revistas, y volvieron al espacio.

- Miren nada más- dijo uno de ellos, llamado Jhumre- estos terrícolas si que son unos exagerados.

- Tienes razón- dijo su compañero, que era Zulkimty- apenas un pequeño encuentro cercano de primero y segundo tipo, y ya nos dibujan como monstruos. Yo creo que sí que son de espíritus malvados por pensar así.

- Mira, acá dice “invasión alienígena”. No entiendo. ¿Para qué queremos invadir su planeta? Hay planetas mucho más lindos que la Tierra, y si quisiéramos invadirlos, ya lo habríamos hecho hace mucho tiempo.

- Lo que ellos no se dan cuenta, es que hace rato que estamos aquí. Yo creo que planean algo...

De repente, vieron que una nave terrícola se acercaba al planeta Marte. Enviaban una máquina, para que estudiara dicho planeta.

- OH, OH- dijo Jhumre- tenemos problemas.

- Si descubren lo que hay en Marte, estamos perdidos.

- Nuestra tecnología es más avanzada. Tengo una idea.

Y entonces, decidieron ponerla en práctica.

Claro que la información que la NASA recibió de Marte fue la de un planeta totalmente desierto, sin vida, donde no había nada de nada.

- Debemos investigar si podremos colonizar este planeta- dijo uno de los científicos que trabajaba en la NASA.

- Debemos también ver si podremos modificar la atmósfera, y así no habrá más superpoblación- dijo otro científico.

Pero estaban muy equivocados al respecto.

Siguieron enviando más naves para la investigación de Marte, pero no encontraban nada. Los extraterrestres hacían de todo para hacer desaparecer las naves terrícolas completamente, y así, en la tierra, no sabrían qué fue lo que pasó.

Dirían que fueron destruidos por meteoritos, que se les acabó el combustible y están flotando por ahí, o que al llegar al planeta, se descompusieron, y ya no pudieron ir más.

- ¿Así que nosotros somos los invasores, no?- dijo Zulkimty- ¿Y ellos qué? ¿Los buenos de la historia?

- Debemos detenerlos. Ellos no están preparados para poblar otro planeta.

Y entonces, decidieron volver a aparecer en el planeta Tierra, para ver cómo reaccionaban los terrícolas.

Cuando hicieron todo eso, se fueron a la luna, y ahí se encontraron con otros alienígenas, que estaban en este sistema solar por turismo estelar.

Eran un grupo de cinco extraterrestres, y eran completamente diferentes a Zulkimty y a Jhumre: eran altos, su piel era gris clara, sus cabellos de color negro, y sus ojos eran azules y pequeños.

- Nos hemos perdido- dijo uno de ellos a Jhumre y Zulkimty- queríamos ir al otro sistema solar, porque ahí se dará un concierto de rock interestelar. ¿En qué sistema solar estamos?

- Bueno- dijo Jhumre- este es el nonagésimo noveno sistema solar de toda la galaxia, en donde está el famoso planeta Tierra, que tan mala fama nos da.

- La mala fama lo tienen ellos- dijo Zulkimty- por contaminarla y pelear por cualquier cosa. Se nota que no agradecen el tener un lugar en donde vivir.

- Bueno, no importa- dijo uno de ellos, que era una mujer- total, el concierto de rock interestelar comenzará dentro de un millón de años de nuestro planeta, y eso es muy largo.

- Queremos visitar la Tierra- dijo el más alto- nunca antes vimos a extraterrestres que no cuidaran su hogar. Eso es una gran novedad para mí. ¡Ah! Por cierto, me llamo Kuzcostelar, y esa mujer es mi hermana, y se llama Sarastelar.

Presentó a los otros miembros de su grupo, y luego, se metieron cada uno a sus naves, y para no separarse por el camino, las fusionaron, y se convirtió en una sola nave. ¡Lo que puede hacer la ciencia alienígena...!

La nave estaba invisible, para no alterar los nervios terrícolas más de lo que ya estaban. Justo bajaron en un campo de trigo.

- Tengo ganas de dibujar algo aquí- dijo Kuzcostelar- ¿Sabían que soy un dibujante?

- Eso debe de ser muy bueno- dijo Jhumre- ¿Y qué dibujarás?

- Un símbolo muy hermoso, pero necesito la ayuda de ustedes, para hacerlo más grande.

Entonces, las dos naves se separaron, e hicieron un símbolo en ese campo de trigo. Era un círculo, que tenía unas líneas curvas dentro, y luego, hicieron otros círculos chiquitos a su alrededor. Cuando terminaron, las naves volvieron a fusionarse, y salieron de ahí.

Por supuesto, los humanos mostraron esto, y dijeron que esta clase de cosas se repetía constantemente. ¿Qué dirán los extraterrestres? ¿Querrán dejarnos algún mensaje? ¿O son tal vez pistas de aterrizaje?

Cuando los alienígenas oyeron todo esto, dijeron otra vez que los terrícolas sí que son unos grandes exagerados.

Exploraron todo el planeta entero de una vuelta, viendo lo que hacían los humanos. Vieron cosas buenas y cosas malas, y se lamentaron de que las cosas malas eran más que las cosas buenas.

- Esto no es bueno- dijo Sarastelar- afecta la salud del alma.

- Ellos ya hace rato que están enfermos- dijo Jhumre.

Salieron de la Tierra, y se fueron a Marte, y les contaron lo que querían hacer los humanos con ese planeta, y cómo ellos lograban interponerse en su camino.

Cuando llegaron a Marte, llegaron a una base espacial, donde había muchísimas naves de otros planetas, y todos ellos tenían un mecanismo de defensa anti terrícola muy avanzado.

El mecanismo anti terrícola consistía en que cada aparato alienígena tenía una especie de sensor, que podía captar a algún terrícola que se acercaba al planeta. Estos sensores vibraban, y así, automáticamente toda actividad se detiene, y todas las máquinas se vuelven invisibles ante las máquinas terrícolas. Y lo mejor era que hasta se hacían invisibles de tal manera que ni las cámaras infrarrojas se dieran cuenta de que ahí había algo.

Kuzcostelar, al ver todo esto, preguntó a Jhumre y a Zulkimty sobre el porqué pusieron una base en un planeta, y no en un satélite, como se hace normalmente.

- Hay uno en el satélite de la Tierra- dijo Jhumre- solo que fuimos un poco descuidados, y nos descubrieron. Por suerte, ocultaron lo que habían visto. Aún se utiliza aquella base, pero con más seguridad. Por las dudas, hemos creado una base en Marte, ya que hemos descubierto que, si en un pequeño sector del planeta modificamos el ambiente, se puede vivir bien ahí. Hemos descubierto muchas cosas en Marte, y si los terrícolas se enteran de todo esto, serán capaces de hacer cualquier cosa para colonizar este planeta.

- Ellos solo quieren colonizar y colonizar- dijo Zulkimty- la verdad, no sé el porqué nosotros hemos recibido el nombre de invasores del espacio, si son ellos los que quieren conquistar el espacio.

- Eso nunca lo lograrán- dijo Sarastelar- el universo es infinito, nunca lo conseguirán, y más si son seres muy inferiores, bueno, los seres superiores tampoco pueden hacerlo.

Siguieron hablando entonces sobre sus vidas, de dónde venían, qué hacían mientras observaban a los terrícolas evolucionar a lo largo del tiempo, y también, cómo se llamaba el grupo que tocaría en el concierto de rock interestelar.

- Se llama “EXTRA-SENSORT”- dijo Kuzcostelar.

- ¡Guau! ¡Yo también quiero ir!- dijo Zulkimty, muy emocionado.

- Sé en dónde tocarán- dijo Jhumre- así que los acompañaremos, los guiaremos, y de paso, también vemos el concierto.

- Está bien- dijo Sarastelar.

Así que estos extraterrestres viajaron a millones de años luz, y lograron llegar a tiempo al concierto, para poder disfrutar de un buen rock del espacio.

- La verdad, esto no se parece al rock que hay en la Tierra- dijo Zulkimty.

- Este sí que es un gran concierto de rock.

En el grupo había como cuatro miembros. Eran de diferentes razas alienígenas, y tenían los cabellos parados o despeinados.

El sonido era de un rock muy hermoso, ya que ellos tocaban sobre temas del amor y la amistad. Y había también muchos destellos artificiales de estrellas, y también cometas falsos que rodeaban el concierto de rock.

El concierto duró varios cientos de años terrícolas, y aún así, ellos siguen y siguen buscando algo sobre Marte, para poder colonizarlo.

Cuando terminó el concierto, Jhumre y Kuzcostelar se quedaron conversando, mientras que sus amigos formaban fila para que los rockeros les firmaran autógrafos.

Empezaron a hablar sobre la Tierra, y cómo eran los terrícolas.

- Realmente, pienso que todo lo que hacemos es por el bien de los terrícolas- dijo Jhumre- a ellos les falta moral para colonizar un planeta.

- Tienes razón- dijo Kuzcostelar- la verdad, si colonizaran Marte, y lo poblaran, lo que harían es contaminarlo, suministrar armas para las guerras, y los que viven en la Tierra hasta pelearían con los que viven en Marte, en el espacio. Y eso sí que sería contaminar hasta el sistema solar.

- Por eso, nosotros trabajamos todo el tiempo para que eso no suceda. Ojalá que, a pesar de que pasó el tiempo, los terrícolas cambien un poco.

- Yo también espero eso.

Se reunieron en las naves. Jhumre y Zulkimty se despidieron del grupo de Kuzcostelar, diciéndoles que fue un placer conocerlos de verdad. Se separaron en el camino, y cada uno regresó a donde estaba antes. Jhumre y Zulkimty observaron cómo estaba la Tierra, y la encontraron tan contaminada que decidieron salir de ahí.

- Se nota que pasaron muchos años en el planeta- dijo Zulkimty- ese famoso científico terrícola sí que tenía razón.

- ¿Cómo era su nombre? ¿Auntain, o Eaunstain?- dijo Jhumre, que nunca fue bueno para los nombres terrícolas.

- Es Einstein. Él habló sobre la teoría de la relatividad, y todo porque mis padres le dieron esa información. El tiempo terrícola es diferente al tiempo marciano, al igual que nuestro tiempo. Esa es la verdad.

Regresaron a Marte, donde por cierto, reforzaron más la seguridad anti terrícolas, para no ser descubiertos de ninguna manera por los habitantes de la Tierra.

Los terrícolas, mientras tanto, seguían investigando sobre el planeta Marte, y hasta llevaron astronautas ahí para que observaran el planeta, y así poder colonizarlo.

Sus intentos de colonización fracasaron totalmente, ya que mientras los terrícolas avanzaban, los alienígenas también lo hacían, y mucho más rápido que en la Tierra, porque ellos buscaban pacíficamente nuevas formas de avanzar, y así también, tratar de concienciar a los terrícolas sobre las cosas malas que hacían, para así poder cambiar.

Y cuando los humanos cambien, entonces sí que los extraterrestres les darían permiso para poder poblar por fin el planeta Marte y salvar a la Tierra de la superpoblación.