
Eso mismo pasó una vez, en el jardín donde asistía todos los
días, cuando estaba hablando con su amiga llamada Anita. Ella tenía una duda
sobre ciertas historias que le contaron en la clase, por lo que se le ocurrió
la brillante idea de preguntárselo a Jorgito para aclarar dudas.
-
¿Cómo en un barquito pueden entrar todos los
animales del mundo? ¿Vos sabes, Jorgito?
-
Creo que no era un barquito, Anita- le dijo
Jorgito- era más bien un OVNI. Mamá me dijo que cada animal tiene un chip
llamado ADN. Dice que de ahí se fabrican animales.
-
Pero la profe dijo que todos los animales
entraron en un barco. Jamás habló de ADN ni de OVNI.
-
Es que la profe es mentirosa. Mi mamá sí sabe de
historias.
-
Aaah. Sabes mucho. ¿Y qué hay de la historia de
esa princesa que se quedó dormida por cien años? Según tengo entendido, si uno
no come, ni toma ni se mueve por un mes se muere. Pero ella logró despertarse…
¡Y sin ninguna arruga!
-
La princesa no se quedó dormida. Lo que pasa es
que comió la manzana envenenada y, para que pueda sobrevivir, le pusieron suero
y le internaron. Tuvo suerte de encontrar un doctor churro que la salvara y no
le cobrara nada.
-
¿La gente ya se internaba en la Edad Media?
-
Supongo que sí. ¿O cómo crees que logró
sobrevivir la princesa?
-
Pero entonces tendría que ser muy vieja, si
sobrevivió cien años. En el cuento que nos dijo la profe decía que siempre se
mantuvo joven.
-
Ya te lo digo. La profe es una mentirosa. De
seguro la princesa se maquilló. Las mujeres se maquillan para ser más jóvenes.
Eso me lo dijo mi mamá.
Mientras los dos niños hablaban, otros niños empezaron a
acercarse. Primero fue Luisito, después Emilia y, por último, Damián.
-
¿De qué están hablando?- les preguntó Emilia.
-
De los cuentos de la clase- dijo Jorgito- lo que
pasa es que la profesora es mentirosa y cambia todos los cuentos que mi mamá me
cuenta.
-
Sí- dijo Luisito, indignado- la otra vez la
profe nos contó la historia del lobo y las siete cabritas. ¿Alguien se la cree
esa?
-
Esa historia pasó más o menos así- dijo Jorgito-
pero, en realidad, el lobo se encontró con Caperucita Roja, quien iba a visitar
a las siete cabritas porque su abuela estaba enferma. El lobo se disfrazó de la
cabra madre y comió a caperucita.
-
No, Jorgito- dijo Damián- estás mezclando dos
historias: “caperucita roja” y “las siete cabritas”
-
No las mezclo. En realidad es una historia- dijo
Jorgito- solo déjenme terminar. Caperucita ya fue plato del lobo y él,
satisfecho, fue por las siete cabritas. Pero el cazador encontró al lobo y le
dio un golpe. Después le abrió la panza y encontró siete piedras. Las sacó, las
tiró a un pozo y le dijo a las cabras que ya se libraron del lobo.
-
¿Y caperucita no sobrevivió?- dijo Anita,
preocupada.
-
No estoy seguro. Pero supongo que no. Le voy a
preguntar a mi mamá más tarde.
Terminó el recreo y todos entraron a clases. Era la hora de
los cuentos. La profe que se encargaba de esa tarea propuso hacer algo más
dinámico: ella diría el nombre de un cuento y cada niño comentaría una parte
del mismo.
-
Comenzaré con el cuento de “El rey Salomón”.
¿Conocen la historia?
-
¡¡¡Sí!!!- gritaron los pequeños.
-
Bien, ¿Quién quiere comenzar?
Jorgito, muy animado, fue el primero en levantar la mano.
Luego dijo:
-
Todo comenzó hace años, cuando estaba una mujer
que se llama María. Ella estaba comiendo un rico sándwich de jamón y queso.
Entonces apareció un ángel y le dijo: “Vas a tener como hijo a un rey”
-
No, no, Jorgito- dijo la profesora- esa es la
historia de Jesucristo. Yo me refería al rey Salomón, hijo del rey David.
-
No, no me equivoqué- insistió Jorgito- así pasó.
María se casó con David y tuvieron muchos hijos. Uno de ellos fue Salomón, ese
que le dijo el ángel que iba a tener.
Como la profesora conocía bien a Jorgito y sus extrañas
ocurrencias, decidió que otro continuara.
-
Salomón era hijo de David, quien mató a un
hombre feo y gordo llamado Goliat- dijo Damián- no me acuerdo cómo se llamaba
su madre, me olvidé. Es que David tenía muchas novias porque era un mujeriego.
-
Bueno, pero dejando eso de lado, ¿Qué fue lo que
más se destacó en Salomón?- dijo la profesora.
-
Salomón era un sabelotodo- dijo Anita, sin
dudar- le dijo a Dios que quería saberlo todo y, por eso, construyó una
biblioteca enorme.
-
¡Ah, sí!- dijo Jorgito, de repente- Salomón
sabía todo, pero no sabía que vendría la reina de Saba a visitarlo. Salomón
también era mujeriego, pero estaba muy enamorado de Saba. Ella era una reina
que vivía con una madrastra que la hacía trabajar todo el día. No le importaba
que sea una reina, igual tenía que lavar los platos y la ropa de todo el mundo.
Pero Salomón hizo una fiesta y Saba,
escapándose de su casa, fue a verlo y bailaron mucho. Pero cuando fueron las
doce de la noche, la reina tenía que volver a su casa y, por el camino, se le
cayó un zapato. Salomón, por suerte, como era muy inteligente, se le ocurrió
visitar a todas las mujeres de reinos varios para encontrar a Saba. Pero muchas
mujeres se disfrazaban de Saba porque querían casarse con él. Al final
encuentra a Saba, le devuelve su zapato y viven felices para siempre.
La maestra suspiró. Otra vez Jorgito mezclaba las historias.
Pero se dio cuenta de que todos lo escuchaban con mucho interés e, incluso,
cuando finalizó su relato, le aplaudieron.
-
Bien, contemos otra historia- dijo la profesora-
¿Qué les parece “La Bella y la Bestia”?
-
¡Esa es muy bonita!- dijo Emilia- ¡Es mi cuento
favorito!
-
¿Podrías comenzarla tú, Emilia?- le pidió la
profe.
-
¡Sí!- dijo Emilia, muy entusiasmada. Se levantó,
se puso enfrente de la clase y narró la historia.
-
Había una vez una mujer muy linda llamada Bella.
Su papá tenía que ir por el bosque a trabajar, pero se perdió y la Bestia lo
capturó. Bella fue a buscarlo y lo encontró con la Bestia. Le pidió que le
liberara y que, a cambio, ella sería la prisionera. La Bestia aceptó porque
empezó a gustarse de Bella. Un día, la Bestia le muestra un espejo en donde
podía ver lo que quisiera. Bella dijo que quería ver cómo estaba su padre. El
espejo le mostró a su padre muy enfermo. Bella le pidió a la Bestia para que la
liberara. La Bestia se sintió triste, pero quería que Bella fuera feliz. Por
eso la liberó. Bella regresó con su padre y, cuando éste se curó, ella regresó
con la Bestia porque lo extrañaba. La Bestia se enfermo y estaba a punto de
morir. Bella se puso triste y le dijo que lo amaba. Entonces la Bestia se
transformó en un bello príncipe y le dijo a Bella que una bruja le condenó a
ser un monstruo por varios años y que la única forma de volver a la normalidad
era el amor de una mujer. Y como Bella se enamoró de él y él de ella, el
hechizo se rompió. Se casaron y vivieron felices para siempre.
Todos aplaudieron, menos Jorgito, que se quedó pensando. Al
final, se levantó y dijo:
-
¿Profe? ¿Puedo contar la historia como la
entendí? ¿O como me lo contó mi mamá?
-
Sí, adelante- dijo la profesora.
Jorgito se paró, también se puso al frente y narró la
historia.
-
En realidad Bella era una cirujana que tenía que
hacerle una operación a Chuky. ¡Era muy feo! Por eso todos le llamaban “La
Bestia”. Pero él no tenía mucho dinero, por eso le pidió prestado a Carlomagno.
Y como eran muy buenos amigos, él le prestó dinero. Bella, entonces, se pinchó
con el uso de una rueca y se desmayó porque sufrió una hemorragia. Chucky la
despertó y ella le hizo la cirugía. Al final, Bella se casó con Carlomagno y
Chuky con la hermana de éste. Y esa es la historia.
Nadie comentó nada. Era la primera vez que escuchaban esa
extraña versión de “La Bella y la Bestia”. La única que se emocionó por la
historia fue Anita, quien se levantó y empezó a aplaudirlo.
La profe volvió a suspirar. Pensó que lo mejor sería hablar
con la madre de Jorgito para aclarar dudas. Aún así, le sorprendía la
imaginación que tenía ese niño. Tanto que, siguiendo a Anita, también lo
aplaudió y dijo:
-
Bien, terminó la hora de las historias.
Continuaremos mañana, pero seré yo quien cuente las historias. Esto sí que es
un caos.
Cuando la profe se fue, todos se acercaron a Jorgito. No les
importaba que mezclara las historias o las tergiversaban, al final, les gustaba
más la versión que contaba él que las versiones originales.
-
Tráele a tu mamá mañana- dijo uno de sus
compañeritos- sus historias son muy emocionantes.
-
Se lo voy a decir- dijo Jorgito- a mi mamá le
encanta contar historias.
Feliz por tener muchos amigos, Jorgito fue derechito a su
casa a contárselo todo a su mamá.
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