De boca en boca pasa la descripción de mi ilusión. Un ser divino apareció en el patio de atrás. Era tímido y su presencia se difuminaba con la brisa, mezclándose con el aire y formando aquellas nubes blancas que en el cielo están. Quisiera poder atraparte, mostrarselos a todos para que me crean. Pero solo el viento fue testigo de aquella divina presencia. Y es por eso que todos se preguntan quién pudo haber sido, para que me lleve a dibujarlo y dedicarle este ridículo párrafo escrito sin motivo alguno. Es por eso que pongo punto final a esta tontería para no aburrirles a todos con mis extrañas historias.
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