El villano estaba oculto detrás de un muro gris y sucio,
en espera de su próxima víctima. A sus pies, se hallaba el “delator”, el que
acudió a la comisaría para denunciarlo por el secuestro y asesinato de la hija
del ministro. Gracias a sus influencias, logró escapar y acabar con el traidor.
Una joven cruzó la calle. Era muy linda y llevaba unos
tacos altos que, sin duda, la dificultaría al querer correr por su vida. La
chica estaba cerca. El villano, ansioso, empuñó su arma listo para atacarla…
- ¡Corten!-
gritó el director, que se encontraba a unos metros del “villano”.
El actor que hacía del villano y la actriz principal se
sentaron en el suelo, aliviados de que, por fin, podían tomar un descanso
después de estar horas rondando la escena.
El “delator” se levantó, se limpió la sangre falsa que
aún tenía en el rostro y dijo:
- ¡Ya
era hora! Me dolía el cuerpo de tanto estar tirado en el piso.
- Estos
tacos me hincharán los pies- dijo la actriz, sacándoselos y arrojándolos a un
lado.
- Espero
que haya salido bien esta escena- dijo el actor- lo hemos ensayado por horas.
- ¡Salió
perfecto! ¡Felicidades!- dijo el director, acercándose a los tres actores y
estrechándoles las manos con fuerza- ¡Esto es todo por hoy! Mañana
continuaremos con la siguiente parte.
Héctor, el “villano”, se acercó a Lucrecia, la actriz
principal. Los pies de Lucrecia se veían muy lastimados con los tacos que se
vio forzado a usar para la escena. Ella miró los calzados, que aún seguían en
el suelo, y dijo:
- Si
mi hermana los viera… ella adoraba los tacos altos.
- Que
eso no te afecte- le dijo Héctor, tomándola suavemente por el mentón y
levantando su rostro en dirección a su mirada- lo de tu hermana fue un
lamentable suceso, pero no deberías sentirte culpable. Ahora eres una gran
actriz y todos esperan que triunfes en esta película.
- Gracias,
Héctor. Siempre has sido muy bueno conmigo.
Héctor y Lucrecia se miraron fijamente. Aunque decían
ser solo amigos, en el fondo se amaban y deseaban estar siempre juntos. Por lo
que, lentamente, se acercaron y se dieron un beso apasionado…
- ¡Corten!-
gritó el director, que estaba a unos metros frente a la pareja.
El actor que se hacía pasar por Héctor se separó de la
actriz que se hacía pasar por Lucrecia y dijo:
- ¡Ya
era hora! ¡No soportaba besar a esta arpía!
- ¿A
quién llamas arpía, boludo?
El actor que interpretaba al director y el director se
acercaron y los separaron, intentando tranquilizarlos.
- ¡Vaya!
¡Realmente es divertido cuando dos actores que se odian deben fingir que se
aman!- dijo el falso director.
- ¡No
es divertido!- dijeron los dos actores, al unísono.
- ¡Basta!-
dijo el director tan alto, que todos los del set se quedaron callados por el
susto- ¡Lisa y Gerardo, deben aprender a llevarse bien! ¡Recuerden que eso
depende de que la película tenga éxito! así que olviden sus diferencias y dense
la mano en señal de paz.
Lisa y Gerardo se miraron con rabia. Luego, con mucha
vergüenza, se dieron la mano para luego soltarse y dirigir la mirada hacia otro
lado.
- Bien.
Con eso es suficiente- dijo el director, dando un solo aplauso- mañana
continuaremos con la escena. ¡Pueden ir a sus casas!
Lisa se encerró en su camerino y empezó a arrojar sus
cosas con rabia. Luego, sacó de su bolso unas pastillas y se las tomó de un
solo trago. Se miró al espejo, respiró hondo y dijo:
- Maldito
Gerardo… ¿Por qué tengo que hacer una película con él? ¡Y todo porque es el
amante de ese estúpido director!
- ¡Corten!-
gritó el director, que estaba a unos metros de ella.
La actriz que se hacía pasar por Lisa miró al director y
sonrió, en espera de su aprobación.
- Nada
mal, Sofía- empezó a decir el director, dándole una toalla para que se secara
el sudor que tenía en el rostro- aunque me hubiese gustado que demostraras más…
dramatismo, odio, rencor… ¡Que todos tus malos recuerdos aflores y demuestres a
la mujer rencorosa que llevas dentro!
- Es
que amo tanto a mi novio, señor- le dijo Sofía, devolviéndole la toalla- Jorge
es todo lo que quiero en la vida.
- Y
yo también te amo, Sofía- dijo Jorge, el que interpretaba a Gerardo- y gracias
a nuestro amor, haremos de esta película un éxito.
- Sí,
sí, muy lindo. Pero deben mejorar sus actuaciones para la próxima. Ya pueden ir
a sus casas.
Jorge y Sofía tomaron sus cosas y se marcharon. Tuvieron
una jornada muy tediosa y estaban felices de haber terminado.
Jorge era el que manejaba. Como era de noche, casi ya no
había tránsito. Pero por la lluvia, la calle estaba muy resbaladiza y debía
andar con cuidado.
- ¿Amor?
¿Crees que soy una buena actriz?- le preguntó Sofía a Jorge, a mitad de camino.
- ¡Claro
que lo eres- le dijo Jorge- ¿Por qué me lo preguntas?
- El
director me dijo que debía dar más de mí para que la escena fuese real.
- ¡Es
un exagerado! Mira, eres hermosa, lista, inteligente y siempre has luchado para
hacer tus sueños realidad. Y ahora vives de tu sueño. ¿Qué más quieres?
- Que
me abraces y me hagas el amor.
- Descuida.
En casa ye tengo preparado una sorpresa.
Un perro se paró frente a la calle. Jorge lo esquivó,
perdió el control y el auto resbaló por el asfalto, estrellándose contra un
pilar. Jorge recibió muchas heridas, pero Sofía se llevó la peor parte. El
impacto justo se produjo en el sitio donde estaba sentada, por lo que su cuerpo
fue totalmente descuartizado y perdió la vida en cuestión de segundos.
Jorge miró a su novia, estupefacto. Intentó despertarla,
pero no podía. Deseaba que todo eso fuese una pesadilla, que Sofía siguiese
viva y siguiera amándolo como siempre. Pero solo veía a una mujer muerta, con
un futuro hecho añicos por un accidente de tránsito. Al final, de la boca de
Jorge salió un grito desgarrador, capaz de lastimar el corazón de hasta la
persona más cínica del mundo…
- ¡Corten!
¡Quedó estupendo!- gritó el director, que estaba a unos metros de la maqueta a
escala del auto descuartizado.
Los dos actores, que interpretaron a Jorge y a Sofía,
salieron del auto y se sacudieron la sangre falsa que tenían en sus cuerpos.
- ¡Guau!
¡Eso fue espectacular, Ramiro!- le dijo la actriz al que interpretó a Jorge.
- Bueno,
soy actor. Y de los buenos- le dijo Ramiro- por cierto, Samanta, tú tampoco lo
hiciste nada mal.
El director se acercó a los actores, sonrió y dijo:
- ¡Me
han conmovido! ¡En serio! Debo confesar que sentía miedo por cómo actuarían,
dado que son primos y deberían interpretar a una pareja de actores que se aman
con pasión. Por eso, debo decir que superaron mis expectativas. ¡Esta película
tendrá éxito internacional!
Samanta y Ramiro salieron del set y se sentaron frente a
una mesa de bocaditos. Tenían tanta hambre que empezaron a devorar todo lo que
encontraban.
- Si
sigo así, este vestido ya no me quedará- dijo Samanta, tragándose tres
empanadas.
- Sí.
Deberías cuidar tu silueta- le advirtió Ramiro, sacándole la otra empanada que
se iba a comer.
- ¡No
seas pesado!- bramó Samanta, arrojándole una croqueta a la cara.
Ramiro le arrojó a Samanta otra croqueta. Luego ella le
arrojó un sándwich y, así, iniciaron una guerra de comida que los ensució por
completo…
- ¡Corten!-
gritó el director, que estaba frente a la mesa de bocaditos.
La supuesta “guerra de comida” fue interrumpida
bruscamente. El director se acercó a los actores que interpretaban a Ramiro y
Samanta y les dijo:
- Bien,
nada mal para el primer intento. Vuelvan a sus sitios y empecemos todo nuevamente…
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