“Una imagen vale más que mil palabras” reza el dicho. Y así
es. Una imagen puede producir varios sentimientos y contar varias historias. ¿Qué
les dice la imagen de un niño paseando a su perro, por ejemplo? A muchos les
producirá ternura y hablarán de la convivencia entre personas y animales. Otros
divagarán sobre la historia del niño con su mascota. Ahora bien, ¿Nunca
probaron con decirle a un grupo de persona lo primero que se les viene al
escuchar cierta palabra? Por ejemplo, digan la palabra “Amor” y, cada uno,
dibujará lo que piensa del amor. Algunos harán un corazón, otros a una pareja
besándose o a dos personas abrazándose. Y siempre habrá alguien que dibuje a
Jesús transmitiendo ese mandamiento a sus seguidores. Aquí, la frase se
invierte para afirmar que “una palabra vale más que mil imágenes”. ¡No saben
cuántas cosas se pueden representar, visualmente, por causa de una palabra! Es por
eso que una imagen combina tan bien con la palabra y a muchos les atraen los
textos que incluyen una que otra imagen. Porque, así como se pueden decir
muchas cosas con la presencia de una imagen, también se puede representar una
sola palabra con miles de imágenes, todas ellas relacionándolas con dicha
palabra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario