^^ Bienvenidos a mi página ^^

Esta página fue creada para mostrar algunos cuentos, reflexiones, poemas y dibujos que hice a lo largo de los años. Si tienen dudas o sugerencias, por favor escribanme a mi mail Solestelar@gmail.com e intentaré responder sus mensajes. Desde ya, gracias por visitar el blog ^^

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jueves, 23 de agosto de 2012

Solo deseo poder amar




Solo deseo poder amar, 

así como Dios ama su creación. 

Tener un amor en mi corazón, 

que sea grande como el espacio 

del universo en que vivimos. 

Pero para tener ese amor, 

necesito de tu hermoso corazón. 

Solo tú puedes hacer posible 

que el deseo de amar se cumpla, 

para así poder ser feliz 

y encontrar la verdadera felicidad.

El deseo de amar

 más allá de los límites, 

puede ser realidad 

si tú conmigo estás. 

Ese amor infinito y poderoso, 

solo puede hacerse realidad 

si tú conmigo siempre estás. 

Nota: escrito en el 2007 


lunes, 20 de agosto de 2012

El cuerpo de Cristo


-      Este es mi cuerpo que será entregado por ustedes y por todos los hombres para el perdón de los pecados.
Estaba en su primera comunión. Anahí observó aquella hostia, casi tan grande como las manos del sacerdote, en representación del cuerpo y alma de Cristo Nuestro Señor. Detrás del sacerdote, se encontraba la imagen del hijo de Dios, crucificado, con la expresión de tremendo sufrimiento y dolor, seguramente observando el cielo y exclamando: “¡Señor mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?”
-      Esta es mi sangre que será derramada por ustedes y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Hagan esto en conmemoración mía.
Anahí observó la copa de plata, donde el sacerdote derramó el vino en representación de la sangre de Cristo. Las manos le temblaban, como si realmente tenía la sangre derramada por las heridas causadas con el látigo, los golpes, la corona de espinas y los clavos. La niña volvió a dirigir su mirada en la imagen de Jesús, como si quisiera ver qué expresión ponía al ver su sangre repartida ante los fieles que asistían a aquella milenaria ceremonia.
Cuerpo y sangre. Sangre y cuerpo. Al recibir la hostia, le dijeron a Anahí que se aseguraba la salvación. ¿Salvarse de qué? Si los humanos ya adquieren el pecado original al nacer. Con solo respirar ya se ha cometido pecado. El solo pensar es pecado. Todo es pecado. Por eso, debía confesarse, asumir su culpa y aceptar el espíritu del Señor con la sagrada Eucaristía. La hostia estaba ahí, como promesa de estar cerca de la salvación, por más que ya estaba corrompida desde su nacimiento.
Llegó el momento de recibir la hostia. Anahí formó fila, junto con otros niños que se adentrarían por completo al mundo de Dios. El sacerdote tenía las hostias dentro de otra copa de plata. Todas tenían el tamaño de una moneda de mil guaraníes, por lo que Anahí intentó calcular cuantas hostias se podían crear con un cuerpo si tenían ese tamaño.
Cristo estaba ahí, con su mirada de sufrimiento, recordándoles a todos que lo que pereció fue para salvar a la humanidad. ¿De qué? Le dijeron que del pecado. Necesitaba perecer para abrir las puertas del cielo. Aún así, no todos eran aptos para disfrutar del Paraíso. Entonces, ¿Para qué sufrir? Si al final todos nacieron con el pecado original y condenados de por vida al infierno o purgatorio. Pecado, culpa. Culpa, pecado. A Cristo no le sería nada agradable que comieran su cuerpo, bebieran su sangre. Anahí sentía que, al menos, a ella no le gustaría que otras personas le comieran. Y estaba segura de que ni a sus compañeros de catecismo, ni a sus padres, ni siquiera al mismo sacerdote, les gustarían que se les comieran.
Ya estaba cerca. Respiró hondo y rechazó todo pensamiento negativo. Si tenía que hacerlo, era por el bien de su alma. Bajó la mirada para no seguir viendo a Cristo crucificado y agonizante. Solo observó la hostia, que para nada parecía ser hecha con el cuerpo de alguien. Solo era un pedazo de pan, hecho con harina y trigo. Sus ingredientes nacieron de la tierra y todo lo que crecía en la tierra era para alimento. Eso la calmó y, cuando sintió la textura de la hostia con su lengua, no sintió que recibía el cuerpo de Cristo, sino la abundancia y nutrición de las entrañas de la tierra.
Una vez que tragó la hostia, volvió a su asiento y sintió que seguía portando con la cruz del pecado. Pero, al menos, ya no sentía la angustia de probar el cuerpo de Cristo. Su alma podía irse en paz. 

martes, 14 de agosto de 2012

Nunca te olvidaré


A pesar de que te perdiste
en este mundo cruel,
a pesar de que te olvidaste
de tu mundo y de mí,
yo nunca te olvidaré,
nunca te abandonaré.
Juramos que nuestro amor
nunca desaparecerá.
A pesar de que no estés conmigo,
aunque tus alas se hayan ido,
yo nunca te olvidaré,
 nunca te abandonaré”


NOTA: dibujo y poemita creados en el 2007 o.O 

viernes, 10 de agosto de 2012

Dibujos a superfino de varios colores (policromático)

¡Buenas! A continuación, subiré tres dibujos que hice a superfino de colores, junto con unos escritos cortos para acompañar a las imágenes. Espero les guste ^^

Mi vida por el conocimiento

He aquí el conocimiento, la fuente de nuestra perdición y nuestra bendición. Conocimiento por vida, vida por conocimiento. ¿Qué nos conviene? ¿Qué no nos conviene? ¿Es malo tener conocimiento si, a causa del mismo, perdemos la vida? 

Interestelar
Muchos astrónomos argumentan que, si los seres de otros planetas nos descubren y resultan ser más avanzados que nosotros, nos liquidarán. Y si nosotros somos más avanzados que ellos, los colonizaremos. Sin embargo, se resisten a pensar que, posiblemente, ya en la prehistoria, los extraterrestres nos descubrieron y experimentaron con nuestros ancestros, formando así las religiones y deidades que venimos adorando hasta el presente… 


Si supieras 
Si supieras lo que se encuentra en mi mente… me describes como si me conocieras por completo, pero no tienes ni la menor idea de quién soy. En el fondo me alegro por tu ingenuidad, me gusta que sigas creyendo que realmente me conoces. Si algún día, logras abrir mi cabeza y analizar mi cerebro, te horrorizaría la cantidad de secretos oscuros, pensamientos perversos e ideas negativas que tengo hacia ti y todos los humanos en general. 


jueves, 9 de agosto de 2012

Tesoros


Pablo y Lucas quisieron jugar a enterrar tesoros, para así los arqueólogos del futuro desentierren sus cosas y examinen sobre sus vidas.
En realidad, los “tesoros” que enterrarían serían una colección de casettes, diskettes, figuritas de sus estrellas favoritas, un reloj pulsera que ya no funcionaba y un antiguo juguete a pila de un payasito con tambor.
-       ¿Qué crees que dirán los arqueólogos futuristas cuando encuentren nuestras cosas?- le preguntó Pablo a Luis, mientras cavaban lo más profundo que podían.
-       No estoy seguro- dijo Luis- pero creo que dirán que son esos “objetos de culto” con el cual representábamos a “nuestros dioses”.
Ambos rieron por la ocurrencia y siguieron cavando.
De pronto, sintieron que sus palas golpeaban una superficie dura. Separaron la tierra y se encontraron con un baúl de madera, de un metro y medio de largo, terriblemente pesado.
-       ¿Será que a alguien se le ocurrió la misma idea que a nosotros?- preguntó Luis.
-       A lo mejor- dijo Pablo- vamos a sacar este baúl de aquí.
Con mucho esfuerzo, levantaron el baúl y lo situaron fuera del pozo que estaban cavando. El baúl no parecía muy antiguo, más bien parecía que permaneció bajo tierra por unas cuantas décadas. Estaba cerrado con un simple candado oxidado, por lo que lo golpearon con una de las palas para romperlo.
Una vez roto el candado, abrieron el baúl y, lo primero que encontraron, fue una muñeca de porcelana. La muñeca tenía un vestido con encajes y volados, de color rojo y verde. Sus cabellos eran finos, enrulados y de color dorado y tenía unos ojitos de vidrio de color azul.
Aparte de la muñeca, encontraron dos candelabros de bronce, unas vasijas viejas con caracteres chinos, un abanico de papel que tenía escrito un haiku y un hermoso juego de té de porcelana fina.
-       ¡Guau! ¡Esto es maravilloso!- dijo Luis, mientras observaba a la muñeca con atención- ¿De qué década serán?
-       Deberíamos consultarlo con un especialista- dijo Pablo, mientras observaba los candelabros- conozco a uno que tiene una tienda de antigüedades. Estos objetos deben de valer algo…
Luis, que observaba a la muñeca, le pareció que ésta movía ligeramente los ojos. Eso le causó tal impresión que la arrojó con fuerza.
-       ¡Oye! ¿Qué haces?- bramó Pablo- ¿Cuál es tu problema?
-       La… muñeca… ¡Movió los ojos!- dijo Luis, señalándola y temblando de pies a cabeza.
-       ¡No seas ridículo!- le dijo Pablo, levantando la muñeca- lo que pasa es que, de seguro, son de esas muñecas que abren y cierran los ojos. Mi hermanita tenía una, pero de plástico. ¿Tranquilo?
-       Perdón. Fui un tonto- dijo Luis, sonrojándose- ¿Y qué haremos? ¿Volveremos a enterrar todo, junto con nuestras cosas? ¿O consultamos con el especialista?
-       Consultemos con un especialista- decidió Pablo, guardando todos los objetos en el baúl- pero no olvidemos enterrar nuestras cosas. Quien sabe. A lo mejor algún otro idiota encuentra nuestro payasito y creerá que está vivo.
-       Jaja, qué gracioso.
Enterraron sus cosas y llevaron los objetos del baúl rumbo a la casa de antigüedades, donde de seguro el encargado determinaría de qué año serían dichas reliquias y les pagaría una buena cantidad por obtenerlas.
Al llegar al local, fueron atendidos por un anciano de cabellos blancos y que tenía puesto unos lentes de marco grueso. Pablo le explicó al encargado de la tienda lo que hayaron y les mostró el baúl. El anciano lo examinó, le dio algunos golpecitos y, luego, dijo:
-       Este baúl data de la década del 40… no estoy seguro… incluso puede ser más antigua. Veré lo que hay en su interior.
Con mucho cuidado, el anciano abrió el baúl. Pablo y Luis lanzaron un grito de sorpresa, al ver que no estaba la muñeca ahí adentro.
-       ¿Una muñeca?- les preguntó el especialista, cuando los muchachos le hicieron ver lo que faltaba.
-       Sí- dijo Luis- entre esos objetos había una muñeca de porcelana, que podía mover los ojos. ¡Qué extraño! ¡Todos los objetos están aquí, menos la muñeca!
-       ¿No se les habrá caído?- preguntó el especialista.
-       ¡Pero si estoy seguro de que la guardamos en el baúl!- dijo Pablo, revolviendo todos los objetos.
-       ¡Tranquilo, muchacho!- dijo el anciano, tomándole del brazo a Pablo- ¡Son objetos delicados! ¡Cualquier mala manipulación y podrían destruirse!
El especialista sacó uno a uno los objetos, los distribuyó encima de una mesa larga y los examinó con una lupa. De vez en cuando, los iluminaba con una lamparita y los palpaba con un dedo, suavemente, para determinar mejor la textura. Hizo una que otra anotación en una libretita y, al final, les preguntó a los jóvenes cuál era la ubicación exacta en que realizaron la excavación.
-       Es en el baldío, que está al lado de mi casa- dijo Pablo- hace poco lo limpiaron y aprovechamos para jugar a enterrar “tesoros”.
-       Mmmh… ya veo- murmuró el anciano- ¿Y dónde queda ese baldío?
Pablo le dio la dirección exacta y, entonces, el anciano puso una expresión de sorpresa.
-       ¿A qué no sabes lo que había ahí antes?- le preguntó el especialista a Luis- antes, en ese lugar, más precisamente en esa manzana, había una mansión maldita. Cuando yo era un niño, fue demolida. Eso habrá sido en la década del 30… o 40… no estoy seguro.
-       ¿Pero por qué fue demolida?- le preguntó Pablo.
-       Nadie quería comprarla. Decían que, ahí, vivió una bruja cuya habilidad era vender juguetes malditos. Según sé, heredó una fábrica de juguetería muy prestigiosa en su época. Pero, con el correr de los años, se corrió el rumor de que los niños salían gravemente heridos con sus juguetes. Todos, entonces, dejaron de comprar esos juguetes y la empresa quebró. Solo le quedaba esa mansión, por lo que la puso a la venta. Pero como todos creían que la mansión estaba maldita, entonces nadie la compró. Un día, la dueña desapareció misteriosamente y solo encontraron una muñeca de porcelana, de vestidos rojo y verde, cabellos dorados y ojos de vidrio azul.
-       ¡Igual que la muñeca que encontramos!- dijeron Pablo y Luis, al unisono.
-       ¡Sí! Los vecinos temieron que la muñeca estuviese maldita, por lo que la enterraron bajo tierra y, ante la presencia de un cura, bendijeron el lugar y esparcieron agua bendita. Tiempo después, dado que la mujer jamás apareció y por órdenes del municipio, demolieron la mansión y dividieron el terreno en lotes, en donde construyeron viviendas que, hasta donde sé, no fueron afectadas por tal maldición. Sin embargo, hasta ahora, solo quedó ese baldío, que era el sitio exacto donde enterraron la muñeca. Es como si las personas, inconscientemente, temen construir aunque sea un pequeño jardín en ese lugar.
-       Pero entonces… ¿Por qué desapareció la muñeca?- preguntó Luis- ¿Eso quiere decir que existe la tal maldición?
El anciano se encogió de hombros, sin añadir nada más. Fue lentamente hacia su escritorio, sacó de un cajón unos billetes, los contó y se los entregó a los muchachos.
-       Eso es lo que valen estos objetos- les dijo el especialista- gracias por la confianza.
Luis y Pablo, satisfechos, salieron de la tienda y fueron directamente al baldío, creyendo que ahí encontrarían a la dichosa muñeca.
Pero no la encontraron. Solo seguía ese montón de tierra, recién cavada, donde se encontraban sus objetos.
-       ¿Sabes lo que creo?- dijo Pablo- creo que, por un lapsus mental, metimos la muñeca entre nuestras cosas y la volvimos a enterrar.
-       A lo mejor- dijo Luis- pero estaba bien seguro de que la metimos en el baúl.
-       Ya te lo dije, es lapsus mental, nada más. ¿Sabes? Un tiempo estuvieron muy de moda los “juguetes malditos”. Hemos visto mucho de “Chuky” y “Jumanji”. Pues bien, te dejaste llevar por esos cuentos y creíste, en tu subconsciente, que habías encontrado una muñeca maldita.
-       ¿Y qué hay de la historia del anciano?
-       ¡Bah! ¡En esa época la gente era muy supersticiosa! Seguro, la tal bruja era solo una mujer con “ideas locas” para sus tiempos. Pero bueno, el pasado tiene muchos misterios y nosotros dos, simplemente, contribuimos a aumentar dichas incógnitas al enterrar nuestros objetos. ¿Satisfecho?
-       Mmmh… como digas. La verdad, no quisiera tener problemas por un “juguete maldito”.
Salieron del baldío y fueron cada uno a su casa. De entre los yuyales, y por la luz de la luna, se vislumbró el reflejo de dos ojos de vidrio. El brillo de los ojos empezó a titilar, desquiciada, maquiavélica, inquieta y ansiosa por burlar, una vez más, la racionalidad de los estúpidos que se resistían a temer y respetar los hechizos de un pasado aterrador y emocionante a la vez.

lunes, 6 de agosto de 2012

Fracaso y victoria

¿Cuáles son las características de una persona fracasada? ¿Cuál es el motivo por el cual la consideran así? ¿Porque nunca ganó en nada? ¿Por su trabajo? ¿Su vida? Fracaso, fracaso, fracaso... Mientras, por el otro lado, está la victoria. En este caso, ¿Qué acciones podrían considerarse dignas de una persona victoriosa? ¿Por qué siempre triunfa en todo? ¿Tiene que ver su profesión? ¿Su positivismo? ¿El apoyo que recibe de los demás?
Hay veces que sentimos que fracasamos en muchas cosas. Fracasamos en el amor, en un concurso, en la amistad, en el trabajo... vamos sumando y creemos que nunca lograremos salir de ese ensimismamiento que nos mantienen por nuestros fracasos. Incluso, los más radicales, se preguntan qué sentido tiene el seguir realizando tales actividades, qué sentido tiene seguir luchando si sabemos que siempre vamos a fracasar.
Sin embargo, cuando una persona considerada fracasada obtiene una victoria, entonces su perspectiva cambia y al fin cree haber encontrado el sentido de su vida. Condecora el día en que triunfo en el trabajo, valoraron su esfuerzo y logró encontrar al amor. E, incluso, por más que vuelva a fracasar, no se olvida de aquella victoria que tuvo y lo atesora como un tesoro del corazón.
Para los victoriosos, que siempre ganan en todo y creen estar seguros de sus acciones, jamás se les pasa por la mente que terminarán fracasando en sus actividades. Por lo tanto, cuando el día del fracaso llega, lo reciben como una puñalada en el pecho o, en el peor de los casos, en la espalda. Podría ser que la empresa donde trabaja quebró, o le despiden por falta de recursos, o su pareja lo engañó con otro u otra. Justo cuando creemos que estamos en la cima del mundo, aquel pequeño fracaso hace que caigamos en lo más profundo del abismo y, poco a poco, le perdamos sentido a las cosas. Así como los "fracasados" nunca olvidan su victoria, los "victoriosos" tampoco olvidan fácilmente su derrota. Solo que, en este caso, llegan a amargarse y a perder interés en los demás y en sí mismos.
Durante mi vida, he recibido varios fracasos y victorias. Intento no ser radical y de analizar cuáles fueron aquellas victorias y fracasos, no confundirlos con lo que soy y lo que hago actualmente. También me arrepiento de no haber hecho ciertas cosas o de haberlas hecho y no medir las consecuencias de mis actos. Pero lo mejor sería no mirar al pasado y no arrepentirse de nada, porque fueron mis hechos del pasado lo que me moldearon, me llevaron hasta donde estoy y donde planeo seguir estando a pesar de las adversidades de la vida. La verdad, no sé si para los demás soy una fracasada o una victoriosa. En ese punto existe mucha relatividad y puntos de vista que tienen que ver con la personalidad, el carácter y el estilo de vida de los otros. Para mí, aún creo que es demasiado pronto para declarar la victoria o la derrota de mis acciones, de lo que estudio y de lo que siento en realidad. Tal como pasa en un juego de fútbol, podemos estar perdiendo en el primer tiempo y, si perdemos también en el segundo tiempo, siempre habrá otra oportunidad para la revancha, en otro lugar y en otra ocasión. Solo basta con seguir practicando sin parar, sin mirar atrás excepto para ver lo mucho que hemos avanzado. Así que, si se consideran fracasados, aún no arrojen la toalla y, si se consideran victoriosos, no duerman sobre sus laureles. Que tengan un buen día ;)


viernes, 3 de agosto de 2012

Existió

Está basado en un hecho real. Me inspiré en el artículo de un periodista, si lo desean pueden leerlo aquí: http://blogs.ultimahora.com/post/5984/34/punal-clavado-en-el-corazon-de-una-madre.html


Un año más en la que, trágicamente, perdió a su pequeña en aquel devastador incendio.
La niña solo tenía un año y, como toda madre, tenía la esperanza de verla crecer, jugar con otros niños, escribir sus primeras palabras…
Y otro año más, en que conmemoraron a las víctimas de esa tragedia, ignoraron su existencia.
Otra vez, al hojear el diario, se llevó una indignación por atribuir la imagen del policía resucitando a un bebé la identidad de otro niño. Un alma inocente, que sí pudo crecer, jugar con otros niños, ingresar a la escuela, escribir sus primeras palabras…
-          ¿Cuándo reconocerán ese error?- se preguntó la desconsolada mujer- ya les dije que aquella bebé es mi hija.
Observó la foto histórica, que recorrió el mundo, vanagloriándolo como un héroe por salvar a alguien que acababa de existir en el mundo. En realidad, él no logró su objetivo, quedó deshecho, hizo lo que pudo y no lo logró. Llegó tarde. Lo sabía. Y sin embargo, por no querer exponer una historia con un triste desenlace, los rápidos trazos de la prensa se ocuparon de cambiar la historia y tomar la imagen del niño que sí sobrevivió, como una esperanza de vida, una razón más para seguir en la lucha.
La mujer observó otra foto de su hija, que no dejaba de mirarla eternamente. Ella sí existió, tenía fotos, la tuvo en su vientre por nueve meses.
-          Existió. Te tuve en mis brazos- le dijo la mujer a la imagen de su hija.
Su ensimismamiento pasó cuando sintió el fuerte soplo del viento. La mujer se dio cuenta de que se olvidó de cerrar la ventana. Sin embargo, también podía ser el espíritu de la pequeña que, como todos los años, le hacía una breve visita. Cerró la ventana, creyendo que así su hija permanecería más tiempo a su lado. Luego fue directo al estante donde se encontraba la imagen de la Virgen, junto con otros santos y la foto de la niña. Se arrodilló, juntó las manos y empezó a rezar.


miércoles, 1 de agosto de 2012

Palabra e imagen



“Una imagen vale más que mil palabras” reza el dicho. Y así es. Una imagen puede producir varios sentimientos y contar varias historias. ¿Qué les dice la imagen de un niño paseando a su perro, por ejemplo? A muchos les producirá ternura y hablarán de la convivencia entre personas y animales. Otros divagarán sobre la historia del niño con su mascota. Ahora bien, ¿Nunca probaron con decirle a un grupo de persona lo primero que se les viene al escuchar cierta palabra? Por ejemplo, digan la palabra “Amor” y, cada uno, dibujará lo que piensa del amor. Algunos harán un corazón, otros a una pareja besándose o a dos personas abrazándose. Y siempre habrá alguien que dibuje a Jesús transmitiendo ese mandamiento a sus seguidores. Aquí, la frase se invierte para afirmar que “una palabra vale más que mil imágenes”. ¡No saben cuántas cosas se pueden representar, visualmente, por causa de una palabra! Es por eso que una imagen combina tan bien con la palabra y a muchos les atraen los textos que incluyen una que otra imagen. Porque, así como se pueden decir muchas cosas con la presencia de una imagen, también se puede representar una sola palabra con miles de imágenes, todas ellas relacionándolas con dicha palabra.