^^ Bienvenidos a mi página ^^

Esta página fue creada para mostrar algunos cuentos, reflexiones, poemas y dibujos que hice a lo largo de los años. Si tienen dudas o sugerencias, por favor escribanme a mi mail Solestelar@gmail.com e intentaré responder sus mensajes. Desde ya, gracias por visitar el blog ^^

¿No encontrás lo que querés leer? ¡Busca aquí! ^^

lunes, 1 de agosto de 2011

Nueva polémica

En realidad esto es un fragmento de una novela que nunca terminé de escribirla. La historia original se llama "Sueño y muerte". Seguro que algún dia podré terminarla, tengo luego muchos escritos pendientes, pero algún día los terminaré. Al menos espero que les guste este pequeño fragmento que postearé a continuación.

Un militar se acercó a la base científica para asegurarse de que todo estaba bien. Lo que le llamó la atención fue una niña, de doce a trece años, que se paseaba por los pasillos sin problema. Tenía un sencillo vestido blanco, era muy flaca, con el cabello corto y de color violeta. Lo que más le llamó la atención era que tenía los ojos amarillos, por lo que creyó que no era humana.

Un científico se acercó y le dijo al militar:

- Es uno de los clones alienígenas que sobrevivió a nuestros experimentos. Nos pareció interesante ponerles nombres raros, largos y difíciles de memorizar, así trabajamos mejor su memoria.

- Ya veo. Con que es uno de sus objetos de estudio. ¿Qué tal se comporta?

- Hasta ahora, va bien sargento. Sigue nuestras órdenes sin problemas. El único defecto es que se cansa enseguida, pero pronto lo solucionaremos.

- Me parece bien. Si esto resulta, podremos conseguir más de estos y mandarlos a las guerras. Ya no tendrán que morir personas inocentes. Y, si es posible, podremos mandarlos a hacer trabajos pesados y con mucho riesgo. Lo pondré en mi informe.

Hipatia, que así se llamaba el clon alienígena, miró con atención al científico y al militar. Ambos la trataban como si fuese un objeto. Le explicaron que era el resultado de la unión de células alienígenas con el ADN humano, de modo que no era un ser humano. Aún así, esa explicación no le satisfacía. En el fondo, sentía que era algo más que un clon alienígena.

Siguió escuchando la conversación. Sentía que, así, podría aprender más de los humanos y de sí misma.

- Hay algo que quiero saber- dijo el militar- ¿Por qué el clon tiene la forma de una mujer?

- No lo decidimos así- dijo el científico- el ADN humano fue extraído de una niña huérfana, eso es todo. Hemos recolectado ADN de distintas personas, de boxeadores, extranjeros, matemáticos… incluso de niños y niñas que no tuviesen ninguna enfermedad. Por eso Hipatia tiene la forma de una niña. Lo sorprendente es que es igual a la portadora, solo que varía el color de pelo y de los ojos.

- Interesante. Entonces es cierto que cada ADN varía de acuerdo a la persona. Quisiera que crearan uno igual a mí también.

- Entonces necesitaremos de su ADN. Hable con su superior y, una vez que le dé la autorización, nosotros haremos el resto.

- Es fácil razonar con usted, señor. Ahora volveré a mi base. Esto le interesará a mi jefe.

- Nos volveremos a ver, supongo.

El militar se despidió con su saludo característico. El científico solo sacudió su mano.

Luego, se acercó a Hipatia y le pidió que lo acompañara. Ella obedeció y fueron juntos al patio de la base científica.

- Tengo sueño- dijo, de repente, Hipatia- ¿Puedo quedarme a dormir en el jardín?

- ¿Por qué quieres dormir en el jardín?- le preguntó el científico

- Papá me dijo que este lugar es lindo y tranquilo. Solo aquí puedo sentirme tranquila.

- Tú no puedes sentir nada. Solo eres un clon. Los clones no tienen sentimientos.

- ¿Qué son los sentimientos?

- Si no sabes lo que son, entonces no puedes sentirlos.

Antes de que Hipatia dijese algo más, se acercó a ellos un señor alto, delgado y con barba negra. Era el único que no se vestía de blanco, aunque era un gran científico. Se llamaba Richard y era el “papá” de Hipatia.

- ¿Qué tal, Hipatia? ¿No te ha molestado este científico?

- No- dijo Hipatia- ¿Qué significa “molestar”?

- Significa hacerte sentir incómoda y decirte cosas no ciertas sobre ti- dijo Richard, mirando con enojo al científico.

- Solo quiero ser amable con ella- se defendió el científico- quiero que sepa cuál es su lugar. Tú eres el culpable de confundirla, de llenarle la cabeza de tonterías.

- A mí me encomendaron la misión de cuidarla. ¿O acaso te atreves a cuestionar las órdenes de tus superiores?

El científico no dijo nada. Por más que no estaba de acuerdo con las acciones de Richard, igual tenía que dejarlo a sus anchas. Y todo porque un grupo de personas que se pasaban el día sentados en sus sillones y jugando al truco le ordenaron a Richard que se encargara del clon.

- Está bien, ya no me meteré más. Volveré a mi laboratorio.

- Es lo mejor que has hecho en el día- dijo Richard, cuando el científico los dejó solos.

Hipatia empezó a tambalearse. Richard la alzó en brazos y la llevó cerca del único árbol que estaba en el jardín.

El jardín estaba en el medio de la base científica y era el único lugar natural de la zona. Tenía flores y plantas de distintas especies, así como una huerta y pequeños arbustos. El único árbol medía cinco metros y era el lugar preferido de todos los científicos para descansar de sus tediosas tareas.

Richard e Hipatia se sentaron encima de sus raíces. A Hipatia le gustaba estar ahí. Por alguna razón, sentía que ese árbol respiraba y le susurraba al oído canciones de cuna.

- Papá. ¿verdad que este árbol tiene alma?

- Sí, hija- le dijo Richard- y no solo este árbol, sino todas las plantas, los animales y las personas de este planeta. No importa qué tanto avance la ciencia, nunca podremos vivir sin el alma.

- Hay algo que no entiendo. Si todo lo que vive tiene alma y todo lo que tiene alma tiene sentimientos, eso quiere decir que yo, que soy un ser vivo, también debo de tener alma. ¿No es así?

- Para mí eres una chica como todas. No te fies por esos escépticos científicos que dicen que los clones no tienen sentimientos. Aunque no sepas qué son, puedes sentirlos. Por lo tanto, eres una humana y una chica común y corriente.

- ¿Y cómo sabes que tengo sentimientos?

- Cuando te hicimos las primeras pruebas, me dí cuenta de que sentías admiración y espanto. También que tus ojos se cerraban. Tenías sueño. SENTÍAS SUEÑO. Ya desde tu “nacimiento” adquiriste los sentimientos. No necesito ninguna prueba científica para demostrarlo.

- Entonces no soy un cascarón vacío, como los otros me lo hacen creer.

- ¡Claro que no! Los únicos que no tienen alma ni sentimiento son las rocas, la tierra, los objetos. Si te pellizco, ¿Sientes algo?

- Sí, siento que me duele.

- Y ahora, ¿Sientes sueño?

- Sí, siento mucho sueño.

- Duerme, pequeña. Estaré contigo hasta que despiertes.

Hipatia durmió profundamente. Richard era el único científico que defendía que Hipatia tenía sentimientos. Por alguna razón, sentía que la base científica no era un buen lugar para vivir, por lo que tuvo el deseo de sacarla de ahí, llevarla a conocer el mundo y que tuviese una vida normal. No estaba de acuerdo con que se la usara para la guerra y los trabajos sucios. Pero como eran cientos contra uno, no podía hacer nada para impedir el sacrificio de más clones.

Lo único que podía hacer era proteger al único clon que le dejaron a su cargo y ayudarlo a defender sus derechos de vivir con dignidad.

No hay comentarios: