Nuestra canasta pequeña es,
porque somos pobres, no somos ricos.
Nuestra canasta también pobre es,
solo tiene un pan, una galletita y ninguna sidra
con qué festejar esta Navidad.
Nuestro trabajo es lo mismo:
mendigar por las calles,
haga calor, haga frío,
no importa qué,
con tal de conseguir monedas
para poder comer.
Ya no creemos que exista el progreso
en este miserable país,
y nuestra canasta de Navidad,
es solo una muestra muy pequeña,
de lo que este miserable país nos pueda dar.
El país pobre está,
la navidad de gastos está,
Papá Noel solo escucha a los niños ricos,
que le piden un montón de cosas costosas,
mientras que a nosotros,
solo a nosotros,
nunca nos ha escuchado,
aunque solo le hemos pedido,
que haya buena comida,
aunque sea en este día.
Ya no sabemos en quién confiar.
¡OH, Dios! ¿Por qué no paras esto ya?
¿Por qué permites que haya miseria?
¿Qué hicimos nosotros para merecer esto?
Si oyes nuestros ruegos, si nos tienes compasión,
has que al menos esta Navidad,
nuestra pobre y pequeña canasta,
sea una gran canasta que tenga,
todas las cosas ricas y hermosas
que uno se pueda imaginar.
Y que eches del gobierno,
a toda esa gente mala,
que roba nuestro dinero
ganado con el sudor de nuestra frente
de tanto trabajar.
1 comentario:
Marisol, querida amiga que profundo todo lo que escribes, y que comprometido también con el mundo actual. Leyendo éste y otros escritos que has hecho me he conmovido, tienes un don no lo desaproveche,continua escribiendo, y siendo ese ser sensible y especial que eres!
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