^^ Bienvenidos a mi página ^^

Esta página fue creada para mostrar algunos cuentos, reflexiones, poemas y dibujos que hice a lo largo de los años. Si tienen dudas o sugerencias, por favor escribanme a mi mail Solestelar@gmail.com e intentaré responder sus mensajes. Desde ya, gracias por visitar el blog ^^

¿No encontrás lo que querés leer? ¡Busca aquí! ^^

domingo, 29 de enero de 2012

Bloqueo de clics

Clic por aquí... clic por allá... No podía parar.
Solo quería escribir un informe sobre las irregularidades de su gobierno.
Enviar. Lo envió por email, por redes sociales, subio a foros y a otras páginas más.
Un día, descubrióque le bloquearon varias cuentas. Lo acusaron de Spam, de utilizar contenidos con copyright y de ofender la sensibilidad de otros.
No se dio por vencido. Creó otras cuentas y siguió enviando textos, fotos y videos sobre las irregularidades de todos los gobiernos del mundo, la hipocrecía social y el egoísmo.
Otra vez mucha gente lo leyó. Otra vez bloquearon la cuenta.
Si seguía así, incluso podría ir preso o podrían acusarle de ser un grandísimo criminal.
Pero no se dio por vencido. Ni aunque le cancelaran todas sus cuentas, ni aunque le deshabilitaran el internet. Y, si era posible, mandaría señales de humo y demás para que todos se enteraran de lo que quería informar.
En el fondo estaba desilucionado.
Lo engañaron. Lo estafaron. Le dijeron que podía usar el internet para reflejar su mundo ideal, informarse y comunicarse libremente con otros. Le dijeron que se sentiría libre de explayarse en sus informes y declaraciones.
Pero no. A cada tanto le bloqueaban su cuenta. No entendía el porqué. Otros hacían lo mismo o, incluso, publicaban porno infantil o videos que incitaban a la violencia extrema. Pero nadie les demandaba o les perseguía.
A pesar de toda esa injusticia, siguió posteando.
Clic aquí... clic allá... y así, sin parar.


lunes, 23 de enero de 2012

Noche solitaria

Noche solitaria, oscura y silenciosa.
Mi unica compañia en el sueño eterno; 
la que rodea mi alma de añoranza y melancolía.
No quiero esta compañía que envenena mi alma. 
No aguanto esta oscuridad que me ata a este mundo de odios. 
Quisiera envolverme en la bendición de tu lecho, 
de añoranza y ternura de la bondadosa claridad. 
Quisiera que la noche que atormenta mi alma
se aleje de este mundo y me brinde eterna felicidad. 
La noche se torna larga, eterna e indefinida. 
¿Qué será lo que mi espíritu espera al ver a la claridad? 
Quisiera que en su lecho la alegría me acompañe, 
me cante canciones hermosas y me dé un beso de bienestar. 
De esa manera, mis lágrimas solitarias me dejarán en paz.
La noche se tornará breve y la alegría en mi alma renacerá.


viernes, 6 de enero de 2012

Recolectores o cosechadores

Este es el último trabajo que hice con pintura. Porque ellos también merecen que se les haga un cuadro (aunque este sea muy naif). Espero les guste ^^


martes, 3 de enero de 2012

Vida extraña

Domingo por la mañana. Nada productivo para hacer. A diferencia de muchas otras señoras que se dedicaban el fin de semana a sus maridos e hijos, ella dedicaba ese tiempo a no hacer nada, solo a observar a través de la ventana.
Mientras veía pasar el tiempo, ella pensaba en lo aburrida que es la vida. Mas, de pronto, en la mansión de frente, vio asomada a su balcón a una niña, que podría estar a pasos de su pubertad. La niña observaba el cielo, mientras abría y cerraba la boca cada rato. La que la observaba, intentaba escuchar lo que decía. "¿Será ezquisofrénica? ¿O es de las que piensan en voz alta?"
El ruido de los autos y de las personas impedían que pudiese escuchar bien. Lo único que sabía era que estaba diciendo algo. Tal vez acerca del cielo o simplemente cantando un soneto que pudieron dedicarle el otro día.
En el balcón, apareció otra figura. Era un hombre alto, que podría estar cerca de la tercera edad. El hombre se acercó a la niña. La abrazó. Tal vez fuese su abuelo o padre pero... ¿No era ése un abrazo más característico de los amantes? Al menos, eso pensó la mujer que los observaba, al ver cómo ese señor acariciaba a la niña de una manera suave y sensual. Y la niña no parecía alarmarse ni disfrutar de eso. Seguía mirando al cielo, abriendo y cerrando la boca sin parar.
La señora que los observaba no sabía qué pensar. ¿Será que siempre vivieron de esa forma? ¿Será su abuelo? ¿O su padre? Escuchó varios casos de esos, pero nunca lo presenció en vivo.
"¡Qué terrible que su propio padre la trate como a una amante!" Pensó, mientras se debatía a sí misma entre hacer algo para salvarla o seguir observándola hasta el cansancio.
Los dos, el hombre y la niña, se separaron por unos instantes. El la levantó en brazos, mientras la metía a la casa de una manera delicada. Tal vez para seguir con lo que hacía sin que nadie los observaran.
En el resto del día, la mujer no hizo nada. Seguía observando la mansión, pensando en la vida de esa niña cuya personalidad estaba por los suelos. No denunció a la policía. Ni siquiera cerró la ventana para no seguir viendo. Solo observaba, mientras el sol se ocultaba tras las pequeñas casas del barrio y las personas que caminaban por la calle que, indiferentes a las vivencias ajenas, volvían a sus casas para reunirse con sus respectivas familias.

Presa de la presa

El cerdo asado fue un éxito. Horas antes lo mataron, justo enfrente de los otros chanchos que, resignados a su destino, observaron la ejecución de su camarada.
Pero eso no le importaba a los verdugos. Estaban muy ocupados con los preparativos para la fiesta.
Hubo música, baile, una ronda de bocaditos y bebidas y el insistente "bis" que pedían a la banda que contrataron para esa noche.
Carlos, el dueño de la granja, estaba muy emocionado con la fiesta. Vinieron todos sus parientes, tanto los del campo como los de la ciudad. También conoció caras nuevas, dado que algunos trajeron a sus respectivas familias. eso emocionó tanto a Carlos que lo festejaba tomando clericó una y otra vez.
Pero el espectáculo final fue el cerdo. Lo partieron en varias partes y ninguno se quedó con las manos vacías. Carlos fue el que más disfrutó de la comida. Ya pasado de copas, comió los pedazos más grandes y pidió a los músicos que tocaran polcas para animar la comilona.
Cuando la mayoría de los visitantes se fueron, Carlos se quedó con unos amigos a seguir bebiendo. Empezaron a conversar de fútbol, mujeres y trabajo. Al final, hablaron del cerdo que comieron y se preguntaron cuándo volverían a repetir la fiesta.
- Tengo otro en la lista- dijo Carlos- Aún es pequeño, pero es sano y fuerte.
Carlos quiso mostrarles a sus amigos el próximo cerdo a ser sacrificado. Los dejó y empezó a caminar tambaleándose de un lado a otro. Estaba tan borracho, que la vista se le distorcionaba y el chiquero le parecía muy lejano. A pesar de todo llegó y, ahí mismo, cayó de bruces al suelo y empezó a vomitar.
Enseguida se acercaron los cerdos, que empezaron a lamer sus vómitos. Carlos siguió vomitando. Se puso de costado y se encontró, cara a cara, con uno de los chanchos. Por alguna razón, al granjero le asustó la mirada del animal. Lo miraba fijo, como si fuera que planeaba hacerle algo muy malo. Y, sin previo aviso, el cerdo se abalanzó sobre él y le mordió la nariz.
Los otros cerdos lo imitaron. Carlos estaba bañado en su propio vómito y no podía moverse. El peso de los cerdos, que se pararon encima de él, no le permitía ni respirar. Los cerdos le mordieron la nariz, la boca, las orejas, los ojos, el cuello y parte de los hombros. Pero no eran mordidas suaves. Eran mordidas fuertes, tenaces, capaces de arrancar de un estirón un fragmento de madera. Y eso es lo que hicieron los cochinos. Le arrancaron fragmentos de su cabeza y le hicieron sangrar las heridas, lo cual estimuló más a los cerdos y siguieron masticando y tragando sin parar.
Y así fue como le encontraron sus amigos: muerto, con la cara desfigurada y los chanchos tragandoselo poco a poco, disfrutando de la dulce venganza de quien asesinó a un miembro de la piara, para despedazarlo y entregárselo a esas bestias de dos patas.

Nota: Este cuento está basado en un hecho real. El nombre y el desenlace fueron cambiados, por las dudas. Saludos ;)