Eran dos parejas que decidieron pasar su luna de miel en Indonesia, un lugar en donde según Yazmín, la mujer del joven llamado Aldo, habían vivido sus abuelos durante mucho tiempo. Tenía mucha descendencia hindú. Los dos disfrutaban mucho del lugar, en especial porque creyeron que no iba a pasar nada malo, ya que como cualquier recién casado, todo es color rosa, todo va bien, y nada malo pasará por el momento, al menos que pase el tiempo, y empiecen a tener hijos, y la pareja se conozca más cada día que pasa. Tenían una habitación para ellos solos, en donde podían hacer lo que querían. Estaban cerca de la playa, en donde podían irse para tomar sol, o bañarse en el mar juntos. Eso mismo hicieron ese día, que sería el último día de sus vidas. Estaban nadando en el mar, cuando vieron que las olas se agrandaban más de la cuenta. Algunas personas que estaban ahí se dieron cuenta de lo que pasaba, y empezaban a gritar cada uno en su idioma un montón de cosas. Yazmín y Aldo se asustaron, y decidieron salir del mar enseguida, pero una fuerte ola los arrastró hasta casi llegar a las profundidades. Por suerte encontraron un bote perdido, y lo tomaron. Empezaron a remar con todas sus fuerzas, mientras que el maremoto seguía en curso. Esa vez la orilla estaba bastante lejos, y no sabían si podían llegar a tiempo antes de que otra ola los arrastre hasta el fondo. Lastimosamente, una gran ola los separó. Los dos resultaron irse hasta las profundidades del mar. Se apenaron de que llegara ese momento tan drástico, que solo deseaban morir. Yazmín no llegó tan profundo, y hasta salió en la superficie, donde pasó un barco y la salvó. Aldo, en cambio, fue arrastrado por el agua hasta el fondo, mientras sentía que se ahogaba. Unos minutos antes de morir, Aldo vio una lluvia de gente dentro del mar, que caían y caían hasta desaparecer en lo oscuro del mar. Todos, obviamente, murieron ahogados. Yazmín se sintió muy triste, ya que en un segundo perdió todos sus sueños. Soñaba con vivir con él una vida tranquila, sencilla, feliz, y si era posible, tener hijos. Pero por esas olas, todo eso se había perdido. Y como no pudo aguantarlo más, una noche sin luna, se fue al mar, se arrojó al agua y murió.