“La naranja se pasea
Por la sala y el comedor.
No la maten con cuchillo,
Mátenla con tenedor…”
Naranja, naranjín, que piensa que tiene admiradores por doquier. Rueda, rueda sin parar, con su sonido silencioso de fruta sin igual. Se cree la reina de las frutas, porque cada dos por tres escucha: “¡Me encantan las naranjas!”. Con su ego por las nubes y su alta soberanía, rueda por la sala cantando sin cesar: “Envídienme frutas, que muchos las despreciarán. Mientras que a mí me prefieren todos los chicos por igual”
Naranjín, naranjón, que no sabe lo que pasará, si se posa en mano humana que dice gustarla más. Pobre de su ignorancia, que adquirió al nacer. No sabe que al final, fruta exprimida se convertirá.
Por la sala y el comedor.
No la maten con cuchillo,
Mátenla con tenedor…”
Naranja, naranjín, que piensa que tiene admiradores por doquier. Rueda, rueda sin parar, con su sonido silencioso de fruta sin igual. Se cree la reina de las frutas, porque cada dos por tres escucha: “¡Me encantan las naranjas!”. Con su ego por las nubes y su alta soberanía, rueda por la sala cantando sin cesar: “Envídienme frutas, que muchos las despreciarán. Mientras que a mí me prefieren todos los chicos por igual”
Naranjín, naranjón, que no sabe lo que pasará, si se posa en mano humana que dice gustarla más. Pobre de su ignorancia, que adquirió al nacer. No sabe que al final, fruta exprimida se convertirá.
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