^^ Bienvenidos a mi página ^^

Esta página fue creada para mostrar algunos cuentos, reflexiones, poemas y dibujos que hice a lo largo de los años. Si tienen dudas o sugerencias, por favor escribanme a mi mail Solestelar@gmail.com e intentaré responder sus mensajes. Desde ya, gracias por visitar el blog ^^

¿No encontrás lo que querés leer? ¡Busca aquí! ^^

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Utopía realizable

Armando se despertó luego de tener un extraño sueño. Se fue a dormir en la casa de su amigo Carlos. Él aún seguía durmiendo, porque había madrugado para perseguir a un ladrón. No lo logró, por lo que decidió resolver ese problema para otro momento.
Armando, mientras trataba de recordar su sueño, empezó a peinarse sus largos cabellos negros con los dedos, porque se había olvidado del peine. Luego fue al baño a lavarse la cara y, finalmente, fue a la sala a ver televisión.
Lo que vio fue una manifestación que hicieron las víctimas del Icua Bolaños que, como siempre, clamaban justicia por los muertos y heridos exigiendo que mandaran a la cárcel a los culpables con pena máxima.
- ¡Siempre lo mismo!- refunfuñó Armando- ¿Cuándo será el momento en que cambiarán las cosas?
La televisión empezó a tener algunas fallas. Las imágenes salieron en blanco y negro, por lo que el joven se levantó y golpeó el aparato.
En eso estaba cuando apareció Carlos. Acababa de despertarse, por lo que todavía tenía una cara de dormido. Al ver a su amigo golpear la tele, le dijo:
- Che, que la tele no es mío.
- ¡Es que me da rabia!- dijo Armando- tenía que ser de Paraguay para que todo funcione así.
Carlos suspiró. Ya no podía hacer nada para mejorar la conducta de su amigo, por lo que se acercó a él, apagó el aparato y le dijo:
- Vamos a hacer algo más que plaguearnos. ¿Estamos?
Se arreglaron un poco y salieron de la casa. Como el auto de Carlos se descompuso, tuvieron que tomar el colectivo. Por poco no se subieron por el techo de tantas personas que había. Lo peor fue que, por la mitad del camino, se descompuso el bus y todos los pasajeros tuvieron que bajar de él.
Mientras Armando empezaba a maldecir, Carlos quedó en silencio y empezó a reflexionar. Luego, tomó el brazo de Armando y, sin atender las preguntas de éste, lo llevó hasta una esquina en la que estaba una mujer con su bebé en brazos.
- Te presento a Rosita- le dijo Carlos a Armando, señalando a la mujer- a pesar de tener solo dieciocho años, tiene como cinco hijos. Su primer hijo lo tuvo a los trece y, desde su infancia, tuvo que mendigar para vivir.
- Muy triste, pero no entiendo para qué me trajiste hasta aquí y me contaste la historia de esa mujer- dijo Armando.
- Bueno, dado que siempre criticas este país, te plagueas por el gobierno, te indigna los ladrones y preguntas quién podrá hacer el cambio, decidí que tú sientas la realidad tal y como es llevándote en lugares estratégicos de Asunción. He conocido a muchas personas que me narraron sus experiencias y, a través de eso, pienso hacer una gran manifestación en la que, sin importar las diferencias, todos los paraguayos denuncien el contrabando, la contaminación, la deforestación, la pobreza, la discriminación, el secuestro, el maltrato y muchos problemas más. ¿Qué te parece? Es mejor que sentarse todo el día y plaguearse.
Armando reflexionó por unos minutos las palabras de su amigo. Recordó el sueño que tuvo, en la que participaba en la manifestación más grande de todos los tiempos de la historia paraguaya, algo que no ocurrió. En su sueño nadie faltaba. Prácticamente participaban todos, sin importar sus diferencias o si venían de otros países. No sabía si fue coincidencia que Carlos le mencionara esa manifestación. Lo que sí, es que también estaba harto de estar de brazos cruzados, por lo que le dijo:
- Suena a una utopía, pero podemos hacer el intento.
- No. ¡Vamos a hacer el intento!
Y, sin decirse ninguna palabra más, se acercaron a la mujer para hacerla partícipe de un sueño inalcanzable, pero no imposible.

lunes, 3 de septiembre de 2007

Ciega, sorda y muda humanidad

Nada vale más
Si algo malo es,
Porque todo lo bueno
Se cae y no vuelve más.
Toda la humanidad
Es ciega, sorda y muda
Ante la necesidad
De poder mejorar.

CIEGO, en el corazón,
No ve lo que es el amor.
SORDO, ante las súplicas,
No escucha el favor de los demás.
MUDO, por la verdad,
Solo habla para mentir.
TONTO, para hacer el bien,
Solo copia lo malo que ve.
TORPE, para la amistad,
Para el amor y la hermandad.
TERCO, en sus errores,
Se cree el perfecto y es todo al revés.

Toda la humanidad
Es sorda, ciega y muda,
Y también es muy tonta,
Torpe y terca también,
Para todas las cosas
Que podrían hacernos bien.
Solo saben hacer cosas
Que masoquistas nos vuelven ya.

CIEGO, en el corazón,
SORDO, ante las súplicas,
MUDO, por la verdad,
TONTO, para hacer el bien,
TORPE, para la amistad,
TERCO, en sus errores,

Esta errada humanidad
No ve lo que es el amor,
No escucha el favor de los demás,
Solo habla para mentir,
Solo copia lo malo que ve y
Para el amor y la hermandad,
Se cree el perfecto y es todo al revés.

Amor de "novela"

Clara era muy apasionada por las telenovelas. Siempre las veía, en especial esas que eran bastante románticas. Sus preferidas eran las de galanes que conquistaban el corazón de todas las mujeres que se encontraban a su paso. A veces hasta trataba de grabar los capítulos más emocionantes para volver a verlas una y otra vez.
Un día, vio un capítulo en que la protagonista estaba desmayada porque creyó ver a un ladrón. El héroe apareció, la alzó en brazos y la puso encima de un sofá. Ahí, la besó y ella despertó, feliz de ver a su amado.
- Mi amor, has vuelto- dijo ella.
- Sí. Y nunca más me separaré de ti- le contestó él, con una voz seductora.
Clara grabó ese capítulo y lo volvió a ver cada vez que podía. Empezó a soñar que también tenía esa clase de situación, en que un galán sin rostro se acercaba a ella, la besaba y le decía frases amorosas. También empezó a escribir un montón de poesías románticas, la mayoría sacadas de las novelas que veía. Empezó a desear estar enamorada de alguien, para así cumplir su sueño de vivir un amor de novela.
Semanas después, en el colegio, Clara tuvo un compañero nuevo. Era guapo, inteligente y bueno en los deportes. Su nombre era Guillermo y todas las chicas estaban enamoradas de él.
Clara, al verlo, se enamoró a primera vista. Desde esa vez, empezó a ser más arreglada y a escribir poemas dedicadas a Guillermo. El problema que tenía era que todas sus compañeras también estaban enamoradas de él, por lo que ideó un plan para que el joven solo le perteneciera a ella.
El primer plan consistía en tratar de seducirlo de alguna forma. Empezó a leer revistas que daban consejos de cómo atrapar a un hombre, cómo ser más linda, cómo ser más coqueta, cuáles eran los lugares ideales para una cita, etc. Pero como ningún consejo le convenció, entonces decidió hacerlo a su modo.
Mientras iba al colegio, vio de nuevo al grupito de chicas que no paraban de suspirar por Guillermo cada vez que lo veían. Ya harta de celos, se acercó a ellas y les dijo:
- Ya no se fijen tanto en él. Para que sepan, Guille es mi novio y soy muy celosa.
El rumor que la misma Clara soltó, recorrió por todo el colegio en un abrir y cerrar de ojos. La muchacha, al ver en el lío en que se había metido, ideó un plan para atraparlo en el recreo, hacerle ver que lo amaba y que, de alguna forma, salieran juntos.
Ya a la hora del recreo, se acercó a él y le apartó de los demás. Lo llevó a un lugar donde había poca gente, mientras el muchacho se preguntaba qué estaba pasando. Ya cuando estaban solos, Clara lo miró a los ojos y le dijo:
- Tú me gustas.
Guillermo no dijo nada al principio. La vio como una admiradora más, por lo que le dijo:
- Lo siento, pero no siento lo mismo por vos.
Clara se dio cuenta de que estaba perdida. Pero no se hizo problemas y le contestó:
- No importa. Igual quiero que seas mi novio.
- ¿Qué? ¿Acaso no escuchaste?- le contestó Guillermo, sorprendido por ver a una chica que no se daba por vencida.
- Sí, pero mis amigas creen que tú eres mi novio. Por si no te diste cuenta, ya se corrió el rumor de que salimos juntos y todo gracias a mí.
- ¡Eso esta mal! ¿Por qué lo hiciste?
- Porque me gustas. Además, si sales conmigo, el número de “chicas molestas” disminuirá. Vamos, solo será por un mes. Y quien sabe, tal vez aprendas a amarme también. ¿Qué dices?
Guillermo lo pensó por un momento. Nunca le gustó mentir a nadie, pero también quería librarse de las chicas que, con sus voces chillonas, le decían cosas como “Bombón”, “Guapo” o más bien “Divino”, para luego gritar como locas como si nunca hubiesen visto a un chico. Observó a Clara, que de verdad era una chica linda y simpática. Ella parecía estar dispuesta a salir con él, a pesar de que no la quería. Al final, suspiró, dando a entender que aceptaba la propuesta.
- ¡Qué bien! Ahora vayamos a clase- dijo Clara, muy contenta.
Al llegar a la clase, todos sus compañeros los vieron. Clara, para demostrar a todos que era cierto el rumor, besó a Guillermo. Él no pudo reaccionar a tiempo, así que no tuvo otra opción que seguirle la corriente.
Días después, Guillermo se sentía obligado a traer flores o bombones a Clara. La verdad, no entendía el porqué seguía con esa farsa, pero no tenía otra opción para liberarse de las chicas que siempre lo seguían. Pero un viernes fue el colmo total, por lo que no tuvo otra opción que decirle a Clara la verdad.
Todo comenzó cuando estaban en el recreo. Clara y Guillermo caminaban juntos, mientras las mujeres los miraban envidiosas. Clara le había dicho al joven que ella se tropezaría, por lo que él, al verla en el suelo, tendría que alzarla en brazos como en las telenovelas.
- ¡Eso ya es demasiado!- le dijo Guillermo- ¿No es suficiente con que todos crean que somos pareja?
- ¿Pero qué dices?- le dijo Clara- Así será más emocionante. La vida real es aburrida, por lo que quiero que nuestro amor sea de novela.
- Ya otra vez estás con tus ideas…
Caminaron un poco más, hasta que Clara pisó un cordón que desató para esa ocasión. Cayó al suelo, esperando que Guillermo cumpliera su parte. Todos los estaban mirando, esperando el momento.
Guillermo, entonces, alzó a Clara en brazos. Todos los compañeros pusieron expresiones de asombro, preguntándose de dónde sacaron tanta cursilería. El joven, rojo de la vergüenza y del esfuerzo, no pudo aguantar más y cayó al suelo junto con Clara.
La muchacha se sintió indignada con tan poca delicadeza.
- ¿Acaso no eres capaz de alzar una chica?- le dijo, furiosa por no salirle bien su plan.
- Pesas demasiado. Además, ya no quiero seguir con esta farsa- le dijo Guillermo, que se levantó de golpe y también estaba furioso.
- Pero tuvimos un trato. Dijimos por un mes.
- Pero estoy harto de esto. Mira, eres bonita y agradable. Pero no soy el hombre que buscas. No está bien que salgas con alguien que amas, sabiendo que esa persona NO TE QUIERE. Así que terminamos estos ahora.
Clara se sintió triste por esas palabras. Recordó entonces un capítulo, en que el galán rechazaba a la protagonista y la dejaba al peor desamparo del odio y del rencor. Trató de que Guillermo se acercara a ella, pero él le dio la espalda y se fue. Las chicas sonrieron maliciosamente y se acercaron a Guillermo, alegrándose de que a Clara todo le fuera mal.
Realmente, Clara se sintió una tonta ese día. Se dio cuenta de que los hombres no eran como en las telenovelas románticas, y que los amores de novela muy pocas veces ocurrían. Así que decidió volver a su vida normal, limitarse a mirar las telenovelas y a escribir poemas de amor, mientras poco a poco olvidaba a Guillermo.
Al año siguiente, salió del colegio Guillermo y entró otro. Era más guapo y más inteligente, por lo que Clara sintió un amor más intenso por lo que sentía por Guillermo. En ese entonces, decidió actuar con inteligencia.
Al principio, comenzó con él con una amistad. Iban al cine juntos, se reían de lo mismo y se ayudaban mutuamente. Con el tiempo, no necesitaron las palabras para decirse lo que sentían por el otro. Solo bastó una noche de media luna, cuando fue la fiesta de graduación. Ellos estaban solos, viendo la luna y las estrellas. Los dos estuvieron un poco incómodos, pero al mismo tiempo no querían separarse.
Al final, se abrazaron y se miraron a los ojos. Solo bastó una leve inclinación para que se dieran un beso apasionado, mucho más emocionante que todas las telenovelas y las historias de amor que existen en la actualidad y que a unos pocos encantan.